¿Hasta cuándo aguantarán los periodistas las chulerías del PP?

Hay periodistas y periodistas. Entiendo perfectamente que Marhuenda, por ejemplo, y sus muchachos estén contentos con la política de comunicación del PP, porque para eso ellos son quienes la elaboran y quienes la aplauden. Sin embargo, es más difícil de entender que la gran mayoría de los medios asistan impávidos a los escasos actos que el PP hace públicos y a los que no está permitido hacer preguntas.

¡Basta! ¡Ya está bien, Sres. periodistas! Hay que saber decir que no. A los actos mediáticos que el PP programa –sin duda, actos de propaganda—, salvo que se sea parte del aparato propagandístico pepero –p.e. La Razón, La Gaceta, RTVE, etc.—, no se debe asistir, porque es indignante, además de una chulería, que el Presidente del gobierno comparezca en un plasma y no atienda a preguntas de los periodistas, y que estos sólo puedan interrogarle en intervenciones obligadas, por ejemplo, las que hace fuera de España y a las que no puede evitar que le pregunten.

Desde el 28 de diciembre pasado, el presidente del gobierno –está claro que para él no debe haber ningún problema— no ha comparecido ante la prensa. Y lo hace ante el Congreso lo menos posible y desviando los temas más importantes que tiene este país.

Hay que tener dignidad. Si lo que quieren es hacer unas declaraciones sin que sean puestas en tela de juicio, que les envíen por escrito lo que van a decir y que se dejen de historias. No se puede perder el tiempo con gente que desprecia a los profesionales de los medios de comunicación, salvo a los que son de su cuerda.

El PP hace el vacío a la prensa, ya hasta Cospedal que antes organizaba una rueda de prensa a la semana, desde su infumable declaración sobre el despido de Bárcenas –simulado y en diferido--, no ha vuelto a hablar a los medios, y eso que cada vez hay más motivos que aclarar, porque eso sí, en este país, cada día nos levantamos con alguna nueva noticia sorpresiva del partido del gobierno.

Los medios de comunicación deben ser beligerantes si no quieren que les tomemos por súbditos del gobierno. Sin embargo, ahí siguen, delante de un plasma para escuchar mentiras, informaciones sesgadas y manipulaciones, sin poder hacer ninguna pregunta. ¡A tragar! Perdónenme pero no puedo entenderlo. ¿Es que no hay ni un director de algún medio que sea capaz de negarse a seguir este juego de manipulación controlada? ¿Acaso es el plasma, donde sale el gran dios Mariano, el espejo que les dice si siguen siendo los más guapos del universo?

No es posible que ni tan siquiera las asociaciones de prensa sean capaces de cortar tamaña afrenta. Lo más que hacen, de vez en cuando, es decir que está mal, pero siguen asistiendo. Y es que parece, cada vez más, que este pueblo está inoculado por el virus del vasallaje y del “si-bwana”.

Está visto que no se puede sacar de donde no hay. No deja de ser una lástima ver a tantas caperucitas dejarse engañar por un lobo que a la mínima les comerá.

Basta de políticos totalitarios, basta de periodistas vasallos, basta de tragar con las peperías de turno. No a los monólogos políticos, sí a las ruedas de prensa. No a los vasallos, sí a los periodistas libres.

Salud y República