Revista América Latina

¿Hasta cuándo seguiremos inmolando nuestros petrodólares?

Publicado el 29 diciembre 2014 por Jmartoranoster

Alice Socorro Peña Maldonado

Según el Diccionario de la lengua española inmolar e inmolarse consiste en sacrificar una víctima a un dios como signo de reconocimiento u obediencia; y dar la vida o los bienes en provecho y honor de una persona o de una causa. Si la inmolación formaba parte de las creencias antiguas no significa que esto se ha acabado. Aún persisten grupos que sacrifican animales para conseguir poder. Pero peor aún, ahora existen los sacrificios que establece el sistema hegemónico de las élites capitalistas y neoliberales contra las grandes mayorías cuando las desnergetizan, las empobrecen y las someten a su esclavitud y servidumbre. Y una manera actual ha sido a través de la moneda donde cada persona tiene y debe pagar con el usufructo de su trabajo. La circulación y fluidez de este dinero va a permitir que el mercado se alimente y siga generando las relaciones y modos de producción donde los sujetos productor-vendedor-comprador y consumidor son los esclavos que trabajan para mantenerlo vivo y actuante. Convirtiéndose el dinero que fluye en el nuevo dios que todos desean tener para su beneficio y control de productos y bienes. En la economía capitalista, el dólar se ha deidificado. Las mayorías y las minorías lo desean, le hacen culto y ofrendas (a través de la ideología publicitaria y el consumo exacerbado), resulta un bien deseado a lo infinito, no hay límites para soñarlo más si para obtenerlo, todo es aparentemente válido aunque tenga consecuencias nefastas cuando se hace uso de la mentira, la mediocridad, la degradación y la usurpación de los bienes de otros e incluso sacrifique vidas humanas dejándolos en la pobreza, miseria y muerte. Desde el siglo pasado cuando Venezuela pasó de ser un país agrario a un país petrolero la vida del país, como de sus gobernantes, la de sus élites y la del pueblo tuvieron una transformación profunda de las cual tenemos que reflexionar y reconocer el costo y la ganancia del mismo. Si es verdad que el Estado petrolero se deslastró de la élite agraria que tenia adeudada a la nación, hoy la élite empresarial absorbe los petrodólares a través del comercio de bienes y productos traídos del exterior. Es un comerciante más. Olvidó el campo e hizo perder su posicionamiento de productos alimenticios que hoy las grandes trasnacionales buscan absorber y posicionarse sin competencia interna. Si es verdad que el Estado petrolero llevó a las mayorías a tener más conciencia de lo que era propiedad colectiva, los partidos de ideologías eurocéntricas del siglo pasado se apropiaron del Estado para hacer mendigar al pueblo de los recursos que por derecho son de todos los venezolanos. Si es verdad que el pueblo ha venido retomando los espacios que por derecho y deber tiene, también es verdad que el poder constituyente que le asiste puede ser perdido cuando por ignorancia o por negligencia no sepa producir riqueza a partir de lo que tiene y más bien entre en un juego perverso de autosacrificar la propia renta petrolera, como viene ocurriendo con el desangramiento a través del petrodólar en su versión del valor del dólar paralelo y sus diversos modos de negocio, raspando tarjetas en el exterior, sacando el dinero a cuentas bancarias en otros países, trasfiriendo pagos a las trasnacionales que vienen al país y no invierten sino prestan dinero a la banca venezolana y luego sus ganancias se la llevan en dólares provenientes de nuestro petróleo, la eterna importación de baratijas y de cuanto perolito sale en el mercado exterior y que deseamos tener para presumir y mostrar a otros, los extranjeros que se vienen al país para hacerse de unos dólares sin producir nada sino revendiendo lo que las mafias imponen, la inversión de dólares por una equivocada política universitaria de estudios en el extranjero, cuando podíamos consolidar estudios desde una geopolítica del conocimiento para nosotros y no pata otros. Y no puedo dejar fuera el petrodólar que sale por negocios ilícitos que todos conocemos pero que implosionan cualquier política económica por muy buena que parezca. Todo esto va convirtiendo al país en una economía dolarizada en la que nadie lo ha decretado pero que todos asistimos a su creación y mantenimiento para que así sea. Y sin mencionar la devaluación del dólar en el mercado mundial y la crisis que este enfrenta ante el surgimiento de nuevos centros de poder comercial, económico y financiero como son los países del BRIC`s en especial China y Rusia cuyos intercambios ya no van a ser en dólares. No salgo de mi asombro lo que ha ocurrido en nuestro país con el dólar paralelo que se ha convertido en el haraquiri a la venezolana, donde tirios y troyanos se han dado a la tarea de hacerse de dólares para revenderlos hasta el punto que el mismo Estado ha puesto varios precios al mismo y cuando salimos a comprar los bienes de primera necesidad todos tienen precio del dólar paralelo. Llámese especulación pero igual priva el valor del dólar paralelo impuesto por el bloque económico a que hemos sido víctimas todos. Me pregunto ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿No es parte del culto del capitalismo hacia el dios dinero y que como venezolanos lo hemos entronizado en nuestra cotidianidad? ¿No es el sacrificio que pide la élite económica para implosionar la economía y hacer volver al pueblo arrodillado pidiendo el retorno de un Estado neoliberal? ¿Qué hacer para revertir este orden y la cultura que la soporta? Tenemos que sentarnos a sentipensar el país y el modo como lo estamos haciendo para darnos cuenta como el miedo que inoculamos a través de los medios de difusión, la supervaloración de lo material, la poca valorización de nosotros, el uso de los atajos para compensar lo que no estamos haciendo bien y la búsqueda del placer inmediato viene mermando lo mejor que somos y podemos ser y hacer. Y que de no hacerlo podemos afirmar que tenemos una patria dolarizada porque en nuestros corazones rendimos honor y obediencia al dólar y a nosotros como pueblo de Bolívar. Y formular la pregunta: ¿Hasta cuándo seguiremos inmolando nuestros petrodólares? Para reformularla de nuevo: ¿Hasta cuándo seguiremos inmolando nuestra Patria/Matria?. Profesora de la Universidad Bolivariana de Venezuela. Lic. en Comunicación Social Magister en Comunicación Organizacional. Dra. en Ciencias para el Desarrollo Estratégico.   [email protected] Alice Socorro Peña Maldonado

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