Revista Coaching
Esta mañana, justo antes de amanecer, he parado el coche unos segundos a la puerta de casa. Buscaba algo en mi bolso. Al reiniciar el camino hacia el trabajo, me he fijado en el colorido otoñal de las hojas de aguja del pino, resaltado por la luz de los faros. Me he quedado embelesada, contemplándolas con los ojos fijos :-). Sé que no es para tanto, pero últimamente me maravilla cualquier cosa.
Cuando la sensibilidad llega a ciertos límites, te emociona hasta el aire que respiras…