Revista Belleza
Una cosa es ser partidario de lo disgusting, defensor de lo incómodo, social y filosóficamente hablando, y otra muy diferente -o eso me parece a mí- es hacer gala con orgullo de comportamientos y actitudes feístas.
Antes de nada aclaro que el punto de partida de este post es el hartazgo. Cada vez tengo menos tolerancia hacia lo zafio, lo vulgar y lo esperpéntico, y eso que la intolerancia me parece de lo más feísta, por cierto.
También quiero decir que está muy lejos de mi intención pontificar. Todo lo que vas a leer a continuación es mi visión personal -y por lo tanto sin duda subjetiva- de lo que para mí son actitudes feístas.
Yo soy una esteta confesa. Tengo la vista, el oído y el espíritu muy finos. No te imaginas lo que daría por tener además la maestría de mi gurú Oscar Wilde, otro antifeísta confeso. Es sin ninguna duda uno de los tres deseos que voy a pedirle al genio de la lámpara cuando salga de ella:
"Querido genio, yo quiero hacer malabares con las palabras. Quiero poder construir paradojas ingeniosas e ironías sutiles que me permitan censurar con gracia y elegancia las actitudes feístas. Querido genio, quiero ser la mujer a la que Oscar Wilde querría parecerse".
La entrada de hoy está dedicada a todos los que pensáis que la belleza también se encuentra en la actitud, en la forma de estar plantado en la existencia. En cómo abordamos la vida y sus circunstancias. En relacionarnos con nosotros mismos y con los demás con clase, estilo y gracia.
"A mí me resultó liberador comprender que el interior también cuenta, que todo va en un pack. Puede haber belleza en tus palabras, en tus acciones, en lo que das y en lo que sientes." (Poppy King, creadora de Lipstick Queen)
Contra El Feísmo
Veo feísmo en la mala educación, en las malas caras y en las malas contestaciones. Veo mucho feísmo reconcentrado en los desplantes, en las faltas de consideración. En quienes son tan brutos, tan ceporros que ni por un momento se plantean como una buena costumbre actuar con amabilidad en sus interacciones cotidianas.
Veo feísimo en el buenismo. En tanta frase en las redes sociales alentando al buen rollo, en las afirmaciones facilonas del tipo "Hoy va a ser tu día", "Sonríe que la vida vuela", "Al final, siempre sale el arcoiris", "Tú puedes con todo" o "Como tú no hay nadie". Aunque mi naturaleza es optimista toda esta saturación de buenismo consigue sacar mi lado más punky. Veo feísimo en estas actitudes tan simplistas, me ponen la cresta de punta porque me parece que, paradójicamente, hacen más mal que bien.
Feísmo es ir de astuto pero ser un marrullero, un chorizo, un trampeador. Feísmo es abusar de una situación de poder para humillar y abusar del más débil de la cadena. Feísmo es ir de talentoso pero en realidad ser un mediocre que les roba las ideas a sus equipos. Feísmo es ir de guay pero actuar con intenciones envenenadas. Feísmo es crear climas de tensión utilizando las amenazas veladas y la desinformación como bastones de mando.
Dejan su huella feísta por el mundo quienes habiendo recibido la preparación académica suficiente para no hacerlo optan sin embargo por descuidar la ortografía y la gramática, así como por la redacción burda y descuidada.
Feísmo es aprovecharse de la generosidad y de la buena disposición del otro para abrumarle con tus inseguridades.
Hay feísmo en la desesperada necesidad de llamar la atención de las personalidades victimistas, exhibicionistas y narcisistas. En las actitudes provocadoras de quienes andan siempre buscando pelea para dar salida a su infelicidad. Feísta es la exposición constante de las miserias personales. Feísta es recurrir al resentimiento en vez de al diálogo; dar por finalizada cualquier discusión con un portazo.
Hay feísmo en las posiciones extremistas de aquellos que solo entienden el mundo en blanco y negro: estás conmigo o estás contra mí. Piensas como yo o eres idiota. Ves la vida como yo o ni me tomo la molestia de escuchar tus puntos de vista. Vistes, te peinas y actúas como yo o escupo sobre tu estilo de vida.
Me revuelve las tripas el feísmo del oportunismo y de la manipulación.
Me pone los pelos de punta el feísmo de la franqueza a bocajarro, del "yo es que soy muy sincero y siempre digo lo que pienso", del "yo te lo digo por tu bien", del "preferiría no tener que decírtelo pero..."
Me ponen de mal humor la falta de armonía, las estridencias y los gritos.
Ya hace tiempo que tomé una decisión para protegerme del feísmo. Le encargué a un sastre maestro en no dar puntada sin hilo toda una colección de trajes de trucha para que lo feísta me resbale. A día de hoy tengo tres: uno de gala, para esas ocasiones especiales en las que sé que me va a ser imposible huir del feísmo y además este amenaza con ser de gigantescas proporciones; otro de andar por casa para resistir el embate del feísimo cotidiano, y el tercero es un traje de trucha de emergencia que siempre llevo dobladito en el bolso, por lo que pueda pasar.
¿Qué es para ti una actitud feísta?
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