Cada uno de nosotros podremos contar numerosas ocasiones en que hemos experimentado algún tipo de casualidad. Además hay muchos tipos de casualidades, desde las más simples e insignificantes del estilo " anda, ese también es mi número favorito" (nivel: casualidad insignificante y hasta patética haha) o recibir una llamada telefónica cuando justo estás pensando en la persona que llama... hasta casualidades muy grandes que nos dejan pensativos durante días.
Si miro atrás en mi vida, puedo recordar casualidades determinadas que estoy segura cambiaron el "rumbo de mi vida".
En una de ellas, (de las más notables), me pasé la parada de tren para coger un autobús que me llevaría a Málaga, y que si perdía haría que perdiese mi plaza de Erasmus en la Universidad de Mánchester. Por casi "arte de magia", en mitad de la autovía cercana al depósito de trenes donde acabé (cuando digo que me pase la parada me la pasé con ganas), apareció un taxista que afirmaba que pasaba por allí sin saber por qué pues no debía, y que no debería haberme recogido (pero yo me tiré a la carretera desesperada porque sabía que si no llegaba, todo cambiaría).
Hay casualidades que son eso, casualidades... probabilística, pero hay otras que dudo que sean casualidades. Como en este caso, yo quería con todas mis fuerzas poder llegar a mi destino. Y si aquel taxista no hubiese pasado, o hubiese pasado 2 mins más tarde, el autobús se hubiese ido.
Ya se ha hablado muchas veces de la influencia que tiene nuestra mente en aquello que nos rodea, en el "destino" y decisiones que tomamos.
Una persona que siempre cree que todo le sale mal y que es desgraciada, acaba siéndolo porque lo atrae; igual que aquél que mira la vida con ilusión y con actitud positiva, suele decirse que tiene "suerte".
Como antes he mencionado, no es raro que estemos pensando en alguien y nos llame... a mí al menos me pasa muchísimo. ¿De verdad me voy a creer que es una casualidad? lo dudo. Y no se trata de ser supersticioso/místico ni nada por el estilo. Se trata de aceptar que trasmitimos ondas, energía (o lo que sea que sea) y que llegan a algún lugar.
Que te toque la lotería o te caiga un rayo, dudo que dependa de cuanto pienses en ello (si así fuese, a muchísima más gente le tocaría); pero no es lo mismo que te ocurra algo, a que te topes con alguien. No creo que al boleto de la lotería le llegue algún tipo de onda mental (espero xD), pero me creo perfectamente que entre nosotros, (las personas de carne y hueso, con pensamiento y sentimientos), podamos percibirlas.
Y por supuesto, las "casualidades" ¡¡¡¡hay que salir a buscarlas!!!!. Sentaditos en el sofá difícilmente vamos a toparnos con una. Me hace gracia cuando algunas personas me dicen que por qué me han pasado tantas experiencias graciosas, curiosas o sin sentido. Entonces respondo que si las he vivido es porque he salido a buscarlas.
Enfin, ¿por qué saco este tema de las casualidades? ¿y por qué planteo que hasta qué punto son casualidades?
Pues por el simple hecho de que creo que apenas existen casualidades.
Existen, pero existen aún más conexiones debidas a algo. ¿A qué? Pues digamos que se deben a nuestro pensamiento, a nuestras decisiones, a cosas que hacemos ... no sé exactamente a qué pero sé que tenemos algo muy grande en nuestros cerebros y que sólo usamos un porcentaje muy pequeño.
¿Crees en las casualidades? ¿Crees en poder crearlas? ¿Alguna vez has experimentado casualidades que parecían algo más que casualidades?
- Vivan las casualidades... sobre todo algunas en concreto, que te alegran la vida.
- Y viva nuestro cerebro loco incontrolable que las genera... o no.