Por Hogaradas
Me pareciу verte sentado en un banco, presenciбndolo todo, escuchбndolo todo, sin perder detalle de lo que acontecнa en la que serнa la ъltima funciуn de tu vida. A la derecha, en la primera fila, tu hijo, tu vivo retrato, a travйs de quien conseguirбs que quienes lo miren y te hayan conocido no puedan menos que asombrarse a la vez que alegrarse por tener el gran regalo de poder volver a verte.
Las sensaciones que fui teniendo durante todo el tiempo fueron extraсas, hasta el punto de que hubo un momento en el que pensй que en realidad no eras tъ a quien estбbamos despidiendo, al menos no tъ, tal y como yo te habнa conocido, tal y como recordaba que eras. Pero es cierto que entre unas cosas y otras tambiйn iba encontrando pequeсos trazos de ese cuadro en el que tuve la suerte de participar por todos los momentos que habнamos compartido juntos. Tu aficiуn a la cocina, tu carбcter, directo y refunfuсуn, tu amor por la naturaleza, aunque tambiйn a mi cabeza regresaran otros recuerdos de unos gustos mucho mбs “urbanitas.”
Desconocнa tu faceta de escritor por completo, asн que escuchй sorprendida dos de los poemas que has escrito, preciosos por cierto ambos. En el primero te reconocн perfectamente, en lo alto de aquellas montaсas, de niсo, sintiйndote como un Dios, con el mundo a tus pies. Siempre has tenido madera de lнder; tu inteligencia, tu presencia, tu manera de hablar, ese carisma con el que conseguнas que todos enmudeciйramos a tu alrededor comenzу en esas montaсas, porque de ninguna otra manera podrнas haber conseguido, siendo tan pequeсo, sentirte tan grande entre ellas.
Y a ellas volviste, y entre ellas demostraste tu grandeza, y arropada por ellas, tal y como decнas, descansarбs eternamente.
Hace poco menos de un aсo te enviй una Hogarada muy especial en recuerdo de alguien que tambiйn lo habнa sido; en tu contestaciуn me animabas a seguir contando cosas entraсables, y me decнas que era “veraz, cariсoso y bien contado”. Espero que hoy opines lo mismo, y que me digas quй te parece esta nueva Hogarada en la que tъ eres el protagonista, porque estoy segura de que encontrarбs la manera de hacerlo.
Hoy, a travйs de ese maravilloso don que es el recuerdo, quiero invitarte a un pequeсo viaje, en el que, por supuesto, el mar serб el protagonista, ese mar al lado del cual transcurriу una buena parte de tu vida y al que me imagino que, a pesar de haberte alejado de йl, jamбs olvidaste. Reviviremos un dнa cualquiera, como si fuera un puzzle, eligiendo las piezas que mбs nos apetezcan y componiendo una de tantas aquellas escenas de las que todos tuvimos la suerte de ser los felices protagonistas.
Vamos a coger un barco y hacer otra vez ese viaje con el que tanto disfrutamos y que nos llevу a descubrir la isla de Ons, un viaje en el que elegimos la peor de las embarcaciones, pero la que sin duda consiguiу arrancarnos las mejores de nuestras risas, y de regreso, al atardecer, seguro que te apetecerб subir al Cabo Home, y sin pereza ninguna nos llevarбs en tu coche, jamбs he viajado con mejor conductor, a contemplar sus preciosas vistas y comernos unas buenas percebes en el bar de siempre, y luego tomar una copa en Cangas, o en vuestra terraza, esa con vistas inigualables, en un enclave privilegiado, mientras contemplamos el cielo estrellado y la luna reflejбndose en el mar.
Nosotros somos unos de esos a quienes te referнas, aunque te recordaremos tambiйn por lo que dijiste y lo que hiciste, y por supuesto, cуmo no, por todo lo que nos hiciste sentir, en estos dнas, desgraciadamente, una profunda y sentida pena por saber que te hemos perdido, y esta vez ya, para siempre.