Revista Coaching

Hasta siempre, mi ángel

Por Mbbp

HASTA SIEMPRE, MI ÁNGEL

Ayer se despidió mi querido ángel! Ya sé bien que no nos gustan las despedidas, pero, ahora y aquí, me gustaría rendir tributo a su inestimable presencia y amistad, en estas pasadas y escasas noches, de las mil y una que nos quedan por vivir! Durante unos días se ausentará de mi vida y dejaré de recibir su aliento siempre optimista, su inigualable compañía y esos maravillosos textos suyos que llegaban y resonaban en mi alma, despertando mi esperanza y mi paz, un tanto deterioradas en estos últimos días sucumbiendo a mi vida ordinaria y a mi a veces incapacidad transitoria de soñar! Y es que los ángeles, vengan de donde vengan, logran todo eso o, lo que es lo mismo, nos invitan a creer en los milagros o, lo que es lo mismo, poder convertir nuestros sueños en realidad! Apareció súbitamente y sin previo aviso en el momento en que se alejaba de mi vida -nunca de mi corazón- mi amada hada mágica! Desde entonces puso color y palabras a mis propios sueños y a los de ella, mi hada… y nos ayudó a que el tiempo pasara para ambos sin perder la esperanza en nuestro amor!

Sé muy bien lo que logra un ángel, yo mismo lo he sido de algunas personas en numerosas ocasiones! Como, no hace demasiado tiempo, me comentó una amiga de infancia “Miguel, tal vez estamos años sin vernos y cuando la vida se me gira por algo, tu reapareces como por arte de magia y estás a mi lado en esos momentos, siempre ayudándome y luego vuelves a desaparecer“. Fue un placer para mí que alguien reconociera y me agradeciera esa capacidad que, desde siempre, tengo de “estar sin estar”! Supongo que tiene que ver con llevar en el corazón a personas queridas y presentir cuando necesitan un empujón en su vida! Pero, la verdad es que siempre hubiera deseado tener yo mismo un ángel que hiciera lo mismo por mí, pero aún deseándolo, nunca lo conseguí! Hasta que apareció este, mi ángel de ahora…

Mi ángel, conectándose con mi propia alma y con la de mi hada mágica, ha sabido poner palabras a nuestros deseos y sueños más profundos y a nuestras propias emociones! En estos escasos días en mi vida, ha sido capaz de hacerme sonreir en mis días más bajos o conmoverme con sus escritos siempre mágicos, que siempre hablaban de amor, de serenidad y de felicidad! Supongo que cada uno tiene su propio ángel, que se personifica en álguien, cercano o no, que no es más que esa parte mágica -a veces demasiado oculta por los pensamientos confusos- que nos hace ver la vida siempre de color y sentirnos felices, a pesar de las circunstancias externas. En nuestras interminables y siempre amenas conversaciones nocturnas -recuerda, cuando la magia acude mejor a nosotros-, mi ángel ha sido capaz de hacerme volver a soñar cuando me sentía triste y después acabar diciendo con una cierta ironía “¿Qué bonito es soñar, verdad Miguel?“, pasando a otro tema más trivial, como intentando no ahondar en ese sueño que seguramente ya compartíamos en silencio y a distancia! Y así, pasando de lo mágico a lo trivial, transcurrieron muchas veladas, donde su soplo de aire siempre fresco y juvenil llegaba a mi alma… y me hacia soñar y, a la vez, sonreír! En todo caso, la presencia de un ángel en un momento dado de nuestra vida siempre es mágica, en el momento más adecuado, pero también siempre tiene su fin!

No creo en las casualidades, lo reconozco! Y tanto su llegada aparentemente fortuíta, como su despedida ahora, tienen su propio y maravilloso sentido en mi momento vital! Alguien, recién llegado a mi vida pero ya querido, me sugirió hace unos días “Miguel, cuesta mucho encontrar un ángel en esta vida, cuídalo y no te alejes de él“. Y tenía razón! Pero también algo me dice que, cuando llega la hora de que un ángel se ausente, es porque algo está cambiando en nuestro corazón o en nuestra vida… o lo hará muy pronto! Seguramente ya ha logrado que emerjan las emociones de nuevo desde nuestro propio corazón, que de nuevo iluminarán nuestros pasos, como siempre debieron hacer, incluso en los momentos más adversos! O tal vez la vida pronto nos traerá novedades gratas, que dejarán sin sentido su presencia en nuestra vida! Qué más da, si el resultado de su singular y afortunada presencia ha llegado a nuestro corazón y si, además, permanecerá ya siempre en él!

Gracias ángel mío, por haber estado aqui conmigo estos días pasados y por invitarme a volver a soñar y a tener siempre esperanza ante los desafíos de la vida! Gracias por haber invertido tu valioso tiempo en nuestro amor y por haber sabido encontrar las respuestas de nuestras inquietudes en nuestro propio corazón… o en el tuyo! Gracias por haber escuchado mis lamentos del día a día y por ayudarme a levantar la vista sobre la realidad solo perceptible y hacerme volver a mirar las cosas desde el corazón, donde la verdad firme se manifiesta en forma de paz! Gracias por ser quien y como eres, ángel mío, por sentir lo que sientes, seas quien seas y vengas de donde vengas! Gracias por creer en nuestro amor verdadero y que, pase lo que pase en nuestra vida, nos invites a confiar siempre en él y en nuestra propia vida! Hasta pronto, ángel mío, te estaré esperando… en tu corazón!

 

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