El destino es sabio, y sabe colocarte aquello que necesitas justo donde sabe que serás capaz de encontrártelo. Por suerte, mi destino unió Marea a Ruta 42, y con ello, mi vida a la vida de la página. Ni se me pasó por la cabeza entrar en Ruta cuando me ofrecieron hacer aquel primer artículo, y mucho menos se me pasó que podría llegar dirigir la web.
Dos años pueden ser mucho tiempo, o muy poco; depende de la perspectiva con la que se mire. Para mí ha sido ambas cosas a la vez. He vivido muy deprisa mi presencia en Ruta, y quizás ese avance acelerado de los acontecimientos sea lo que ha precipitado esta despedida.
No puedo decir que no quiera estar en Ruta 42. Simplemente que no estoy con la misma ilusión con la que empecé en este mundo virtual. Y como merece calidad, creo que escribir por inercia está demasiado alejado de ese propósito.
Hoy toca poner fin a una etapa de mi vida. Mis dos primeros años de carrera, y mis dos primeros años trabajando el periodismo, con una recompensa mucho superior a una simple remuneración económica. Gritando en Silencio, Desakato, Mala Reputación, Marea e incluso Los Suaves han sido algunos de los grandes grupos del rock patrio que se han expuesto a mi curiosidad. Me han dado momentos increíbles y, sobre todo, me han hecho ver que todo es posible y que no hace falta tener un título de periodismo bajo el brazo para ejercer el periodismo.
Muchas gracias a todos. A todos los que habéis formado parte de Ruta 42 en cada una de sus etapas, a Doc Pastor por adorarme desde el primer artículo, a cada grupo que se ha prestado a mis entrevistas. Y a todos vosotros, a los que leéis la web. A quienes habéis observado cómo ha ido disminuyendo la calidad de mis textos, lo siento, no os lo merecéis, pero tened en cuenta que hay claves de sol que no se borrarán jamás (sé que comprendéis por qué lo digo).
“Por eso adiós, adiós, sólo el gato aún sigue vivo”.
Miriam
Leonesa exiliada en Valladolid. Estudiante de periodismo. Directora de Ruta 42
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