Llegó el adiós de Iker Casillas y llegó el día en que el fútbol español se quedó un poquito huérfano. Incluso los que no somos madridistas le echaremos de menos, y eso es algo de lo que no pueden presumir demasiados jugadores. Su mala fortuna viene de la mano de la buena: jugar en el Real Madrid te puede llevar a lo más alto, pero incluso volando en la estratosfera puedes acabar cayendo por la puerta de atrás. Ni es el primero ni será el último. De ingratos está el mundo lleno. Y el Bernabéu, también.
Yo sí recuerdo las 3 Champions que ha ganado (y el partidazo que hizo en la final de la novena), y las 5 ligas (y las otras tantas ligas que el Madrid no ganó pero que gracias a Iker terminó con algo de dignidad, porque mucho galáctico pero vaya coladero era la defensa), y las 2 Copas del Rey, las Supercopas de España y de Europa, el Mundialito de Clubes, la Intercontinental... por no hablar del San Casillas de la primera Eurocopa, o de la Segunda, o del Mundial. Es una pena que haya tanta gente que ya no lo recuerde. Bueno, no, no es una pena, es zafio y desagradecido, es grosero e incluso insultante. Es, al fin y al cabo, el Real Madrid de Florentino Pérez.
Iker se va del Madrid por la puerta de atrás. Como Fernando Hierro, como Raúl González, como Vicente del Bosque. Esperemos a ver qué pasa con Sergio Ramos. Qué forma más rara tiene este equipo de tratar a su mitos. Iker se va sin homenaje, con la sombra de la usura cerniéndose sobre sus espaldas. Porque en el Madrid se puede fichar a Bale por 90 millones, pero no se puede asegurar que Casillas cobre lo que tiene firmado por contrato, aunque esa cifra sea tres veces menor y el guardameta haya dedicado al club 25 años. ¡Hay que ver cómo es el fútbol!
Hasta siempre, San Casillas. Para los que de verdad nos gusta el fútbol siempre serás un grande, aunque el club de tu vida te tache de pesetero para evitar así hacerte un homenaje, aunque estén intentando manchar tu nombre y tu honorabilidad, aunque haya quien discuta tu madridismo, aunque haya aficionados que no sepan agradecer todo lo que has hecho por el Real Madrid.
Supongo que por cosas como ésta es por lo que existe el antimadridismo. Es lo que tiene ser "el mejor club del Mundo", que a veces cuesta asumir que no se puede ganar siempre; que a veces cuesta entender que los jugadores son personas y, como personas, son falibles; que a veces cuesta discernir lo que hace falta en los malos momentos, que no es pitar sino dar aliento; que a veces cuesta sentir el escudo cuando no todo son victorias; que a veces cuesta comprender que es de buen nacido ser agradecido. Y, especialmente, que a veces cuesta interpretar el fútbol, y cuesta darse cuenta de que tener más dinero que nadie no te convierte en el mejor, y que tener más títulos que nadie no te confiere respeto, especialmente si no eres capaz de corresponder a los mitos que han hecho que estos títulos formen parte de tu vitrina.
Hasta siempre, San Casillas. Algún día la Historia del fútbol te devolverá al sitio que perteneces.