Me agota el no-país.
Me consume. Me seca
Me agosta. Me deja dolorido
y exhausto.
Es devastador ver como nos hemos bestializado. Nos sacamos tripas y ojos unos a otros. Hemos aprendido a aprovecharnos del otro, a sacar ventaja de la ruina del otro. Hacemos negocio con la miseria y la necesidad del otro.
Damos palos a ciegas. Perseguimos a veces un mismo objetivo, pero metemos zancadillas y puñales por la espalda.
Ocultamos intenciones y reaccionamos iracundos cuando nos dejan en evidencia y exponen esas intenciones que pretendemos ocultar.
Desenfundamos insultos con facilidad pasmosa.
El no-país es el legado de resentimiento y odio que sembró Chávez. Es su triunfo. Es su éxito.
En el no-país, Chávez vive.
Golcar Rojas, noviembre 2017