Buscar una forma original de decir adiós es quizás una de las mayores dificultades a las que me he enfrentado. Decirlo sin querer expresar dolor o desazón es más duro si cabe. Sin duda es un proceso doloroso porque en cada proyecto que se crea uno deja una parte de su ser. No queda otra, decirlo a lo bruto, así como quien no quiere la cosa y ver que es lo que pasa.
Ese blog raro de videojuegos ha cesado su actividad y anuncia un desarme temporal. Estas líneas no serían escritas si no fuese por la insistencia de algunos de dar a conocer la noticia y ser justo con ellos. Aunque sinceramente creo que a pocos va a importar y muchos otros se reirán por sus adentros diciendo “yo ya lo sabía”. Pues bien, esto es lo que hay, ya no puedo escribir más, ya no quiero escribir más, ¿porqué? Pues porque todo esto ya no tiene sentido.
Under My Mind seguirá viva – pues pienso pagar el servidor – ya que parte de mí está en estas letras. Quizás en algún otro momento vuelva a tener ganas de escribir, de aportar o el sector cambie radicalmente y deje de darle importancia a los “pedos” que pueda lanzarse ese tal Kojima. ¿Porque? Ya no me divierto, ya no tengo ganas de divertirme. Quizás suena duro, pero esto es así.
Un estado latente, quizás un momento perfecto para mirar los cosas con perspectiva. Pido perdón de ante mano a todo aquel que estas líneas puedan ofender, entristecer o desilusionar. También aviso que aquellos que por extraños motivos de la vida se alegren – que se lo hagan mirar y llamen raudos al psicólogo – que sepan que todavía me quedan 3 artículos por publicar. Y que si un día me levanto con ganas quizás meto algo y me quedo tan ancho.
Dos años y poco más, eso he podido durar. Este lugar llenos de letras que algunos han calificado de parras sin sentido, otros textos de rellenos o ese blog de diseño bonito – el cual ni su diseñador parece importar ya – deja de dar la brasa. Creo que necesito dedicarme a jugar, a disfrutar, a poder leer con la tranquilidad sin que mi pluma tenga porque crear nada. No pensé en ser más de lo que soy, ¿y que soy? Lo mismo que cuando empecé…nadie. Aunque un poco más curtido.
Sin recriminaciones, el que no ha comentado es porque no ha querido – sin excusas – el que lo ha hecho es porque así lo ha considerado. A los dos tipos de lectores gracias, al esporádico y al asiduo. A aquel que ha considerado que Under My Mind era bueno y que merecía tener más audiencia y al que pasaba de rebote y lo calificaba de _________ (rellenar con el calificativo despectivo que se desee).Así que ya saben, esto ha sido todo, sin GOTYs, sin Fumadas, sin nada que pueda ensuciar esta entrada. Sin despedirme formalmente porque no sé que va a suceder, pero para volver debo comprender muchas cosas que ahora no comprendo o sentir muchas cosas que ahora no siento. Así que hagan lo que quieran, yo seguiré entrando para contestar comentarios de entradas anteriores – puesto que siempre pretendí conseguir que el blog fuese atemporal – por cierto un objetivo que no sé si he lleguado a conseguir.
Con mucho gusto, os digo que hasta otra amigos. Que el señor Laocoont se va a dedicar a una vida llena de sueños factibles y que a sido un placer llegar hasta aquí. Una etapa se cierra y puede que al girar la esquina algo aparezca que vuelva a hacer que nazca en mí las ganas de escribir. Para todo lo demás ya saben donde encontrarme y como dijo un gran filosofo “No se ponga triste ante una despedida. Una despedida es necesaria para volver a reencontrarse. Y un reencuentro, después de un momento o después de toda una vida, es algo inevitable si somos amigos de verdad”