Revista Cultura y Ocio

¿Hay algo que no cueste?

Publicado el 13 noviembre 2017 por Academiacruellas

Es posible encontrar cosas que cuesten muy poco, pero todo cuesta algo. Hasta el pastel de cumpleaños que me regalan tiene un coste para mí: el tiempo que dedico a comerlo.

También es posible que sea uno el que paga el coste y otro el que recibe el bien. Y esto tiene efectos económicos importantes. Si se vuelve gratuito el transporte urbano, nos aficionaremos a tomar el autobús más a menudo de lo que lo haríamos si tuviésemos que pagar su precio. Obviamente, se pretende que todos los ciudadanos puedan utilizar libremente un servicio público tan necesario como el transporte; pero como el usuario no paga, tiende a utilizarlo demasiado, y esto es un despilfarro. Por otro lado, alguien estará pagando los impuestos para financiar ese servicio: siempre hay alguien que paga.

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