Hay días tan geniales que en vez de sentarme a escribir a este lado de la pantalla lo que me gustaría es pegaros un grito desde este lado. Un grito de alegría, uno de esos gritos acompañados de palmas y saltitos. Uno de esos gritos que no molestan, que le dicen al mundo que nos hemos venido arriba, que somos todavía más felices.
Hay días geniales que terminan con flores.
Hay días geniales con noticias geniales.
Hay noches geniales en las que aunque el reloj marque las doces tú sigues bailando por el pasillo mientras voceas esa canción que te da tan buen rollo….