Revista Diario
Ayer por la tarde fue una de esas tardes en que se dieron todas las situaciones que me ponen de mala leche cuando voy al volante que unido a que estaba más cansada de lo habitual consiguieron que llegara a casa con un considerable nivel de stress y un gran dolor de cabeza.
Situación 1: Parada la primera en un semáforo en rojo. El semáforo no se ha terminado de poner en verde y ya esta pitando el de atrás para que salgas. En ese preciso momento, producto de la mala leche que me entra, mis casi diecisiete años de conducción se me olvidan por arte de magia y me convierto en una novata recién salida de la autoescuela con lo que tardo todo lo posible en salir, incluso alguna que otra vez se me cala el coche.
Situación 2: Semáforos trampa. Vas por una calle llena de semáforos que ves todos en verde. Cuando vas a llegar al primero se te pone rojo mientras el resto sigue en verde. Cuando tu semáforo cambia al verde ves como el segundo semáforo cambia al rojo mientras el resto siguen verdes. Pero es que ahí no acaba la cosa. Cuando el semáforo en el que estas tu ahora parada se pone verde el tercero se pone rojo y así sucesivamente. Por lo que un trayecto de 10 segundos tardas 10 minutos y todavía por más que lo pienso no consigo descifrar con que fin. Desde luego que el señor o señora que programo las fases de estos semáforos tenía muy mala leche o un mal día, o si me apuras las dos cosas juntas.
Situación 3: Conduciendo por una carretera que sin ser atasco el tráfico es un poco más denso de lo habitual. Vas por el carril de la izquierda porque va un poco más rápido y vas adelantando a coches que van más lentos por el carril de la derecha. ¿Por qué siempre esta el típico “gilipollas” (es que no le puedo llamar de otra forma) que se te pega al culo para que le dejes pasar? No ves que si tengo que dar un frenazo imprevisto vamos a tener un accidente. Pero claro de eso se valen, de que nos da miedo y en cuanto podemos nos ponemos a la derecha para quitárnoslo de encima. Así que el susodicho por todo el morro se va saltado el semiatasco poniendo en peligro la vida de los demás.
Situación 4: M-30, M-40, A-3, A-2 o cualquier carretera en pleno atasco con todos los coches parados. Te vas moviendo tres metros cada dos minutos. De pronto se oye la sirena de una ambulancia a lo lejos y todos los coches retirándose para que pase la misma. ¿Por qué siempre están los típicos listillos o listillas que van chupando rueda a la ambulancia y no tragan el atasco como los demás? Que tienen prisa por llegar a casa, los demás también la tenemos. Qué están cansados de tanto coche, los demás también. Y me puedo creer que uno de esos coches sea el de un familiar de la persona que va en la ambulancia, pero los otro cuatro que van detrás no.
Situación 5: esto me lo he preguntado siempre, ¿por qué cuando das el intermitente para cambiar de carril o incorporarte a una nueva carretera los coches aceleran en vez de facilitarte la incorporación?. Ahora hay en la radio una campaña para señalizar con los intermitentes y viene a decir algo así como que el resto de conductores no son adivinos y que si no señalizas no pueden averiguar tus intenciones. Si yo creo que la gente no da los intermitentes precisamente para que el resto de conductores no sepan que va hacer porque como lo sepan fijo que no te dejan hacerlo.
A mi ayer se me dieron todas estas situaciones en un tramo como de quince kilómetros, la 4 y la 5 juntas intentando incorporarme a la M-30, que por un momento pensé que me tenía a que quedar a dormir en el carril de aceleración de la cantidad de coches que iban chupando rueda a la ambulancia intentando saltarse el atasco y haciendo caso omiso a mi intermitente y al de la fila de coches que había detrás mío.