Revista América Latina
Hay que desencriptar el discurso del Presidente Maduro.
Publicado el 24 agosto 2013 por Jmartoranoster
*JUAN MARTORANO.
Si hay algo que hay que reconocerle al Comandante Hugo Chávez, al Presidente Inmortal, al liberador de mentes como dice Winston Vallenilla, además de su visión estratégica, es que supo dar un aprovechamiento y un rendimiento importante del tiempo. Chávez, cuando vino ese 7 de diciembre a Venezuela, luego de su tratamiento en cámara hiperbárica, y su último mensaje público a la nación el 8 de diciembre, no sólo vino a poner en orden las cosas y a designar su sucesor, sino a terminar de definir la hoja de ruta que debía seguir el proceso revolucionario, ante la inminencia de un desenlace fatal, y de su desaparición física, como en efecto ocurrió.
Hoy en día, y a pesar de las circunstancias y todas las amenazas a las que nos estamos enfrentando. Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que esta casa, que esta República, que esta Patria llamada Venezuela, esta en orden, en paz. Sin duda, aún faltan muchas cosas para decirnos verdaderamente socialistas, pero no se puede negar el legado y la obra del Comandante Supremo, la cual cumplió muy por encima de las expectativas que nos hubiésemos imaginado.Tal vez, como consideramos muchos, se nos fué demasiado pronto.
Pero, hasta para la designación de sucesor tuvo un tino extraordinario.Nicolás Maduro y Cilia Flores, fueron fichas clave para Hugo Chávez a lo largo y ancho de su vida política, y no es casualidad que ellos estén ahora donde estén. No es precisamente por las prebendas del poder, por el cargo, sino que dentro de la Hoja de Ruta, perfectamente diseñada por Chávez, a ellos les toca, como a muchos, cumplir un rol y unas tareas específicas, para no perder la Revolución Bolivariana.
Sin duda, cuando vamos caminando por este camino, vemos como crujen los cimientos del Estado Burgués que aún impera y que aún persiste, pero, y más allá de lo meramente coyuntural de las municipales del 8 de Diciembre, ahí entendemos lo que verdaderamente estará en juego. Será la lucha del proyecto de país y de vida que nos dejó Chávez, y el pasado que no volverá.
En ese camino, imaginémonos por un instante que estamos transitando un puente, sin duda el puente cruje y se bambolea, porque en el camino van cayendo cosas, se van desmoronando cosas. Chávez ha ayudado, sin duda, a doblarle las rodillas y al desmoronamiento del Estado Burgués, pero lamentablemente no le dió tiempo para acabarlo completamente y poder contemplar su obra excelsa. Le corresponde a Nicolás Maduro, y a todos y a cada uno de nosotros y nosotras, hacer realidad el sueño del Libertador del Siglo 21, de eso no me cabe, pero la menor duda.
Creo que Nicolás Maduro lo ha estado haciendo bien, hasta ahora, y dentro de la misma hoja de ruta que le encomendo Chávez. El alto mando político y militar de la Revolución, cual elenco en una obra de teatro, también cada uno en el rol que le ha tocado, lo ha hecho bien (Diosdado, Jorge Arreaza, Carmen Meléndez,etc.). Y sólo espero que Dios y la virgen nos sigan iluminando el camino para continuar por este camino en el que vamos. Profundizando en los aciertos, y corrigiendo errores.
Tal vez el único error en lo estratégico en el que puede haber caído Maduro, fué recientemente, y con todo el respeto y el cariño que me merece, a través de estas líneas quiero advertírselo. Sin duda en política no hay absolutos, pero: ¿Es correcto que el presidente Maduro haya hablado de la posibilidad de acompañar a quienes desde la oposición están proponiendo una Constituyente? Como solemos decir, no creemos en los términos absolutos cuando se trata de tácticas políticas, así que esa posibilidad está ahí, pero no estamos seguros de que sea lo conveniente. Si aceptamos una Constituyente ahora, estamos igualmente aceptando que nuestro proyecto constituyente en marcha no ha tenido el éxito deseado, ya que lo estaríamos abortando en la práctica.
Según lo generalmente aceptado por los textos especializados en ciencias políticas y jurídicas, una Asamblea Constituyente es una reunión de representantes del pueblo que ejercen su autoridad y su mandato para editar una nueva ley fundamental y las nuevas líneas de la organización de un Estado, que modifican radicalmente lo ya existente. No se trata de simples reformas y enmiendas constitucionales, sino de transformaciones radicales orientadas al cambio de las estructuras básicas del Estado y del funcionamiento social en general ¿Estamos en ese punto los venezolanos? Quizá, habría que analizarlo.Pero con racionalidad, en un asunto tan delicado no se puede actuar por ocurrencias o exámenes superficiales vinculados a la cotidianidad política.
Cuando Chávez levantó como propuesta fundamental de su programa de gobierno, en 1998, la realización de una Asamblea Constituyente, el Estado y la nación venezolana habían entrado en una situación de agotamiento que afectaba a todas las estructuras y a todos los sectores. Se planteaba entonces la necesidad de cambiarlo todo y de redactar una nueva Carta Magna ¿Hemos llegado a una situación al menos parecida a esa? Porque eso es lo que quiere hacer sentir la oposición cuando habla de una Constituyente, es una propuesta que tiene como premisa el supuesto fracaso de la Revolución Bolivariana.
Ahora bien, de todas formas ¿Está en camino de abortar el proceso al que dio formalmente inicio Chávez en 1999? ¿Es como dice Capriles, que esto se acabó y hay que refundarlo todo? Aceptemos que esta interrogante podría tener respuestas relativas y que podría ser necesario hacer cambios y virajes importantes ¿Hace falta una Constituyente para eso? ¿Y si estuviéramos a punto de caer en una trampa por no pensar las cosas como se hace con cuestiones tan complejas y decisivas: con calma, con sindéresis, sin la más mínima tentación de ceder al primer impulso o a las conveniencias meramente comunicacionales de la política? Lo que queremos decir es que este es un tema muy serio que no se puede despachar de buenas a primeras, y que requiere un análisis profundo y detenido.
Llegados a este punto, nosotros vemos una contradicción entre esa opinión vertida por el Presidente y su anuncio casi simultáneo de tomar nuevas medidas para impulsar la conformación de las comunas ¿Se puede hablar de Asamblea Constituyente cuando al mismo tiempo estamos tratando de echar adelante lo que es la nuez del proceso constituyente ya en marcha?
Maduro ha dicho que el 7 y 8 de septiembre próximos se realizará la jornada nacional de activación y censo de todas las comunas y consejos comunales del país, como paso inicial para impulsar y multiplicar los proyectos de este tipo: “Yo me voy a ir a recorrer varios estados para presenciar la activación y el censo… yo quiero ver consejos comunales en la calle, pintando las escuelas, haciendo una obra, un mural” ¿No es este el proceso constituyente vigente en pleno desarrollo? ¿Necesitamos inaugurar otro?
Asimismo el Presidente anunció ayer que durante agosto y septiembre de este año se fortalecerá el sistema financiero comunal, a través del despliegue de bancos comunales en las 450 estructuras de este tipo que existen en el país. El jefe de Estado anunció que este proceso se consolidará en dos pasos: la expansión de bancos comunales en el país y la preparación académica para quienes los vayan a dirigir: “Vamos a replantearnos a las comunas desde un nivel superior… Fue el comandante Hugo Chávez quien en el 2005 creó la idea de la banca comunal. Él decía que cada comuna y cada consejo comunal debía tener una unidad económica”. Y también afirmó que “Se están haciendo encuentros con comuneros y comuneras para evaluar estas experiencias que en los últimos años han dejado proyectos muy interesantes” ¿No es a esto a lo que deberíamos dedicar nuestras energías, en vez de a un proceso “constituyente”que tal vez solo convendrían a la burguesía, en la medida en que pondrían en tela de juicio los logros y avances de la Revolución?
El vicepresidente Ejecutivo, Jorge Arreaza, expresó que el fortalecimiento del sistema financiero comunal permitirá la construcción de bases nuevas para alcanzar la democracia del Poder Popular:“Nosotros tenemos que trabajar como pueblo para hacer realidad el sueño del comandante Hugo Chávez… Se está haciendo encuentros con comuneros y comuneras para evaluar estas experiencias que en los últimos años han dejado proyectos muy interesantes”.
Una de las últimas instrucciones que dejó en vida Chávez la resumió en una frase: “Comuna o nada”. El Poder Comunal (que en su máximo desarrollo podría llegar a ser “poder comunista”) es el alma del proceso constituyente que estableció formalmente Chávez en 1999. Si estamos tratando de insuflar nueva vida a esa alma del ideal chavista ¿Para qué otra constituyente? ¿Acaso vamos a cambiar el proyecto? Porque si las comunas existen y están en fase de desarrollo, entonces el proceso constituyente chavista está vivito y coleando.
Pero sin duda, hay que seguir escuchando al Presidente Maduro, porque sus mensajes encierran claves de las últimas instrucciones del eterno comandante en Jefe. Para seguir manteniendo el faro de la Revolución Bolivariana, debemos entender esos mensajes.
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos Y Venceremos!
*Abogado,Activista por los Derechos Humanos,Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas (RENTSOC). http:// juanmartorano.blogspot. com / http://juanmartorano. wordpress.com/ .jmartoranoster@ gmail.com , j_martorano@ hotmail . com ,juan_ martoranocastillo@yahoo. com. ar . @juanmartorano (Cuenta en Tuiter).
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