Hay frases que se utilizan en exceso y, aunque sean falsas se repiten tanto, que se convierten en mantras que gente interesada y gran parte de los medios de comunicación pretenden que sean verdades impolutas.
En primer lugar, porque queda bien, muy bien y políticamente correcto decir lo que dice mucha gente, lo que está de moda. Son frases que tienen mucha intención política aunque se repitan como si fueran dogmas de fe, neutrales y asépticas, y aceptados por todos.
En concreto me refiero a dos:
‘Todos hemos vivido por encima de nuestras posibilidades’
Una frase que encierra una mentira podrida. Está dirigida a la clase media, fundamentalmente. Se sabe que los ricos, por el mero hecho de serlo, siempre viven dentro de sus posibilidades, sus excesos siempre los justifican, y la clase baja es imposible que pueda permitirse ningún exceso.
Pues no, la gente normal, los que constituimos la mayoría silenciosa, no ha vivido por encima de sus posibilidades. Ha vivido en un mundo donde todo le ha invitado a consumir, donde la economía ha funcionado con esta condición, una condición que, entre otras cosas, ha permitido que los ricos sean cada vez más ricos.
Si alguien, por ejemplo, se ha comprado una casa, es porque algún banco le ha dado una hipoteca. Y el banco es quien ha dicho sí o no, de acuerdo a la capacidad de pago que tenía la persona. Si recibió la hipoteca ha sido porque el banco creyó que tenía una posición que le permite hacer frente a los pagos. Si luego no ocurre así es porque las situación ha cambiado, sin que el hipotecado tenga ninguna responsabilidad.
‘En el paro se está mejor que trabajando’
Otra frase trampa. En una situación de crisis, donde también el subsidio de desempleo tiene un tiempo de duración, nadie quiere seguir en el paro, y si hay gente que no encuentra trabajo no es porque se esté tocando las narices, sino porque no se dan las condiciones para que se creen los puestos de trabajo. Nadie que pueda trabajar está en el paro.
Se trata de unas frases que intentan echar la culpa a los ciudadanos normales, a los que no han tenido nada que ver con la explosión de la crisis, a los que esta crisis, creada por las instituciones financieras y permitida por los gobiernos, les está arruinando.
Con la primera frase, se pretende crear en el individuo una culpabilidad falsa, con la apariencia de que debería haber evitado cierto nivel de vida –cuando te han estado invitando a él, constantemente— que nos ha llevado a ésta crisis que 'hemos creado entre todos’.
Con la idea de que hay mucha gente que prefiere el paro al trabajo se está llamando vagos a los desempleados y trata de ocultar que no hay trabajo y pretende afirmar que en el paro se está por gusto, cuando es una situación vejatoria y no deseada.
No caigamos en la trampa, no repitamos esas frases, no aceptemos la idea de que todos tenemos culpa de esta crisis, de que somos unos vagos. Es mentira. Una mentira que los responsables políticos y financieros pretenden extender con el fin de echar el muerto a otros. Hay responsables muy claros, no dejemos que nos engañen. Repetir esos mantras les ayuda a compartir su responsabilidad de forma injusta.
No tienen vergüenza, mienten y además propagan bulos para salvarse. No lo consintamos.
Nosotros no hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Y el paro es una desgracia y su subsidio un mal menor, pagado con la solidaridad de todos los trabajadores.
Salud y República