Cuando las empresas ya no saben qué hacer o bien no comprenden que hacerlo mejor es una opción pasamos a lo chabacano.
En algunos negocios andan tan retrógrados que no hay manera de hacerles comprender que lo bueno es lo bueno y que por mucho que nos gusten las señoras con faldas cortas no va a ser un factor determinante a la hora de comprar sus productos.
Hay mil maneras de hacer marketing, mil maneras de interpretarlo y muchas de comunicarlo, pero volver al estilo de la publicidad de los años 80 en España me parece como poco irresponsable.
Entiendo que las empresas orientales estén deseosas de “pillar” clientes, de activar cuentas empresariales que les ayuden a crecer y ser visibles en el mundo occidental pero como se puede ver en la imagen de la cabecera me temo que se llama a un nicho de mercado que ya está un poco cansado de estas tácticas… unos 30 años cansados de lo mismo.
No trato de defender el honor de las mujeres o proteger su integridad como trabajadoras, ya que el que se presta a que le recorten las faldas que se defienda solo. Todos tenemos derechos y todos tomamos nuestras decisiones, y si he necesitado una modelo con poca ropa o muy sugerente para aportar valor a una marca o campaña lo he hecho y seguiré haciéndolo, solo que acostumbro a pagar por que lo hagan y por tanto considero que es una transacción acordada.
El caso es que una cosa es una imagen sugerente y otra el que los uniformes de todas tus trabajadoras sea de esa guisa, impidiendo una movilidad adecuada a su trabajo y aportando comodidad dentro de elegancia y en esta foto la elegancia se queda un poco “diluida”
No veo lo cómodas que estarán estas señoras sirviendo una copa o entregando una almohada a un viajero y que se caiga una servilleta o simplemente que un niño haga unas travesuras en el interior de un aparato en un vuelo de mas de 30 minutos.Aprecio la belleza de estas azafatas (asistentes de cabina) y probablemente sea uno de los que balbuceen si me dedican más de una palabra durante el vuelo, pero de ahí a entender que todos los asistentes sean señoras de 10 y que no hayan señoras tan capaces como ellas pero que físicamente tengan una presencia menos llamativa o hombres que es popular que son muy buenos asistentes de cabina…
Si trasladamos estas tácticas a cualquier comercio será muy fácil imitar.. pero ¿es lo que necesita nuestro negocio? ¿estamos dispuestos a sufrir una crisis de estilo por meter el hocico en una campaña que nos va grande?
Debemos medir nuestras acciones siempre por el nivel de calidad que necesita nuestro cliente y a poder ser darle más de lo que espera y aunque no creo que sea vejar a nadie debemos tener muy en cuenta qué cosas están dispuestos a tolerar nuestros clientes.
Es popular en discotecas de moda que los RRPP sean hombres y mujeres muy bell@s y con una actitud más bien “picantes” pero nuestro local ¿está en la talla de hacer estas cosas?
Que cada uno tome sus conclusiones y si quieres transgredir hazlo, pero al menos que tengas en cuenta que con uniformes así es más fácil tener una crisis de estilo y marca que una medición de ROI positiva.
Eso sí, a veces, es mejor que hablen aunque sea mal.