Hola amig@s, ¿qué tal lo lleváis? esta semanita tengo un artículo muy especial y no es nada más y nada menos que una colaboración de una gran amiga que me ha traído el mundo de la blogosfera y me hace sentirme cada día más orgullosa pues, es una persona increíble llena de sabiduría y con muchísimas ganas de aprender y participar siempre… Ella es Mel, del Blog ”Nunca Jamás y Yo”, muchos ya la conocéis y para los que no, de verdad, encarecidamente os recomiendo visita mínima obligada a la semana, ¡pues aprenderéis muchísimo!, Mel, ya ha colaborado conmigo en más de una ocasión y que, como este mes casualmente ambas celebramos nuestro ”primer aniversario bloguero” pues, no podía faltar una colaboración por nuestra parte. En la cual también yo aportaré un artículo para su blog siguiendo la temática de Inteligencia Emocional. ¡Pronto lo podréis ver!
Sin más preámbulos, os dejo con el artículo que os trae pues, seguro que sacaréis mucha información de provecho.
Atención: Coge un block de notas y bolígrafo y ¡Feliz lectura!
Hay que llevar a cabo eso de…” A quién no le guste, que no mire”.
Una de las claves más importantes en la vida de todo ser humano es la felicidad, ¿estáis de acuerdo, verdad? Quiero decir, está claro que, si somos felices, las cosas las hacemos con más ganas, estamos más motivados, más abiertos y disfrutamos más de los pequeños detalles que nos encontramos por el camino. Pero desgraciadamente, no siempre estamos felices. Y la culpa de eso, a veces la tenemos nosotros mismos, pero también hay muchas ocasiones que la tienen los demás, los que nos rodean, incluso nuestros seres más queridos.
No son pocas las situaciones en la que hemos hecho cosas no por voluntad propia, sino por lo que piensen y digan los demás. A veces, nos dejamos influenciar tantísimo por las personas que nos sentimos confundimos y nos salimos o perdernos de nuestro sendero. Esa presión que sentimos por querer satisfacer a todos, por querer contentarlos, no es buena. No es buena ni mucho menos. Porque si hacemos eso, significa que estaremos viviendo una vida que no es nuestra. Una persona adulta, tiene que ser capaz de tomar sus propias decisiones, tener la iniciativa de lo que quiere hacer, de quién quiere ser.
Podremos eso sí, aceptar las opiniones y los consejos de las personas que nos apoyan. Pero eso no debe pasar de ahí. Me explico, no tenemos que dejar que pase de ese límite. Escuchamos, hablamos y decidimos. Puede que lo que nos digan, sea la mejor opción para nosotros, pero eso, como he dicho antes, lo decidimos cada uno de nosotros. Hay algunas personas, que tienden a sobrepasar valores y meterse en la vida de otros bajo la típica frase “no, si yo lo hago para ayudarte. Deberías hacerme caso.” Pues no, no debería hacerte caso. Y si te hago caso es porque yo así lo he querido, no porque tú me lo digas o me lo impongas.
Hay que llevar a cabo eso de…” A quién no le guste, que no mire”.
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Os pongo algunos ejemplos de los más habituales: una chica o chico que no quiere ir a la Universidad, pero sus padres le están presionando para que vaya: “¿Cómo? ¿Qué no piensas ir a la facultad? Por supuesto que sí.” Eso no es así. Eso… es cómo os comentaba antes, imponer, manipular, decidir por los demás. Y no deberíamos permitirlo. Si de verdad, esos padres quieren a sus hijos, los apoyaran en lo que haga falta. Otro ejemplo: la persona que deja su trabajo porque no está satisfecha laboralmente y decide (qué se yo) dedicarse a la pintura, que es su sueño. Habrá gente de su alrededor que diga: “¿Pero qué has hecho? ¡Has tirado tu vida a la basura!” Está claro, que esas personas que hacen grandes cambios por su satisfacción personal, no están tirando su vida por la borda, ni mucho menos.
La vida, queridos amigos, es demasiado corta para estar pensando en lo que dirán los demás, en cómo debemos comportarnos, y en hacer siempre lo que quiere la gente. La vida, no está para que dejemos que la gente nos influencie en nuestras decisiones y pensamientos. La vida está, para que la vivamos como nos de la real gana (siempre con unos valores, claro está). ¿Si nos equivocamos al dar de paso? Puede pasar, pero al menos sabremos con certeza que habremos hecho lo que hemos querido y que la equivocación ha sido completamente nuestra. ¿Si no nos equivocamos al dar el paso? El mérito ha sido únicamente nuestro. Como dijo una vez Timón del Rey León… ¡Hakuna Matata!
Mel (Blog)
Sin duda, una de las cosas que más me apasiona cuando leo a Mel, es lo clara y concisa que es con sus textos. Lo cual espero que a ti también te lo parezca y hayas disfrutado mucho. Además de que hayas reflexionado y anotado todo aquello que crees que te pueda servir y/o ayudar. Pues es nuestro mejor deseo, ayudarte, aportarte y crecer juntos.
Un abrazo,
Omayra Montes.