Revista En Femenino

“Hay que lograr que las mujeres usen la actividad física para divertirse”

Publicado el 03 septiembre 2011 por Daniela @lasdiosas


Entrevista a Matilde Fontecha en ‘Y luego diréis que somos cinco o seis’

Matilde Fontecha

Desde hace más de dos décadas, Matilde Fontecha (Miranda de Ebro, 1954) es profesora en la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU). Está especializada en la asignatura de Educación Física y su Didáctica, que imparte en clave feminista, y fue la primera en emplear la perspectiva de género en el área de las Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (CCAFD) en una oposición de esa universidad. En 2007 defendió la tesis doctoral “Intervención didáctica desde la perspectiva de género en la Formación Inicial de un grupo de docentes de Educación Física”, cuya publicación fue subvencionada por la Dirección para la Igualdad de la UPV/EHU. En 2009 recibió, de la mano del Consejo Superior de Deportes, la Real Medalla al Mérito Deportivo por su trayectoria investigadora sobre las mujeres en el deporte.

“Es una sinrazón social decir que las mujeres no estamos preparadas para hacer deporte. Para matarnos a trabajar en el campo o en la casa, sí nos está permitido realizar ejercicio físico”

Su visión de la educación física es radicalmente pedagógica y parte del estudio del concepto de cuerpo desde la perspectiva feminista. Un cuerpo, en el caso de las mujeres, para el que la lógica patriarcal tiene reservada su impronta estética y cuyas capacidades, según para qué, deja en entredicho.

Fútbol para los niños y ballet para las niñas. ¿Hasta cuándo van a durar estos corsés?

Creo que en ese sentido hemos avanzado poco y que los estereotipos sexistas en la actividad física y en el deporte siguen siendo enormes. Vienen marcados por la familia y, sobre todo, por los medios de comunicación, que son quienes actualmente conducen nuestras vidas.

¿En qué se traduce la brecha de género a la hora de practicar una actividad física?

Entre otras cosas, en que los hombres suelen utilizar la actividad física para divertirse, mientras que las mujeres, en general, lo hacen para estar en forma, para adelgazar y no tanto para disfrutar. Sus objetivos no son lúdicos y revertir eso es una de las grandes batallas de la educación física trabajada con perspectiva de género.

Sueles recordar que dos tercios del trabajo físico en el mundo está realizado por mujeres, que se emplean a fondo en el campo y en casa, haciendo las tareas domésticas.

Empleo estos datos para intentar que reflexionemos sobre esa sinrazón social que dice que las mujeres no estamos preparadas para hacer ejercicio físico o deporte. Aquí hasta hace una o dos generaciones y, hoy en día, en los países en vías de desarrollo, las mujeres llevan la carga de las tareas agropecuarias. O sea, para matarnos a trabajar en el campo o en la casa, sí nos está permitido realizar ejercicio físico. Sin embargo, para hacer deporte no estamos capacitadas, según la lógica patriarcal. Por otro lado, existe el agravante de que las tareas del campo cuando las realizan las mujeres vienen clasificadas como tareas domésticas, mientras que si las realizan los hombres son trabajo serio y remunerado.

Hace poco, la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA) Europea decidió que, a partir de la próxima temporada, la indumentaria deportiva de las mujeres se ajustara a “las curvas de sus cuerpos”. El director general, Patrick Bauman, justificó así esta medida: “Son grandes atletas, pero también bellas atletas, por lo que no hay motivo para no mostrarlos”.

Así se traduce en el ámbito deportivo la imposición del rosa y de los tacones de aguja que vemos en la calle. A una mujer deportista no sólo se le exige que sea buena y que tenga resultados en el deporte que practica sino que, además, se le pide que sea guapa, que tenga un cuerpo bonito y una belleza ajustada al sentido hegemónico de belleza. Hay muchísimos ejemplos, no hay más que coger cualquier revista. Sin ir más lejos, cada vez es más habitual que las deportistas compitan maquilladas o naden con uñas pintadas en mundiales y olimpiadas.

Hay muchas deportistas que podrían ser referentes para niñas y jóvenes, pero los medios de comunicación hegemónicos les anulan como modelo a seguir

¿Y si no se ajustan a estas exigencias estéticas?

Se les penaliza. Estamos hartas de escuchar las críticas y los insultos que se profieren contra ellas si no tienen un cuerpo espectacular o no se arreglan como quieren los espectadores. Después de pasarse ocho horas al día en el gimnasio, lo que menos les apetece a muchas deportistas es utilizar el poco tiempo que les queda en maquillarse y en arreglarse. Si les gusta, perfecto. Lo que me parece fatal es que tengan que hacerlo para evitar problemas. Por otro lado, está el fantasma de la homofobia, que es muy fuerte en el ámbito deportivo. Por miedo a las etiquetas, las deportistas tienden a ocultar su homosexualidad.

¿Nos faltan mujeres deportistas referentes?

Sin lugar a dudas. Desde hace décadas, hay muchas mujeres que han conseguido logros importantísimos, pero los medios de comunicación los ocultan sistemáticamente. Al no dar a conocer a las deportistas y sus logros deportivos, impiden que sean un modelo para las niñas que practican actividad física. Por un lado, su presencia en los medios es insignificante. Por otro, cuando aparecen, el tratamiento de la información y de las imágenes es pésimo así que, en vez de en modelo, se convierten en contramodelo.

¿Edurne Pasaban es ejemplo de esto?

Sí. Esta mujer es lo más grande en montañismo. Ha conseguido los mayores logros profesionales y, sin embargo, la prensa la ha retratado siempre como víctima, aireando sus problemas amorosos y ligándola a estados depresivos y a falta de autoestima. Me da mucha pena que una mujer que debería ser un referente para muchas niñas y jóvenes aparezca en los medios de comunicación por cosas negativas. Todo esto no es casual y, desde luego, tampoco es inocente.

¿Existe actualmente en el Consejo Superior de Deportes alguna iniciativa concreta para garantizar los derechos de las mujeres en ese ámbito?

Se ha creado un foro de discusión, cuyo objetivo inmediato es crear una guía para asesorar a los medios de comunicación, para ver si dejan de tratar de esa forma denigrante a las mujeres deportistas y sus logros. En la reunión que tuvimos dejé claro que el grupo carecería de sentido si no trabajábamos con un enfoque feminista. Está por ver si va a salir adelante o si, por el contrario, lo que quieren es mantenernos entretenidas y marear la perdiz. Para empezar, si no dotan de recursos a esta iniciativa, no vamos a poder hacer un buen trabajo.

futbolistas

Foto de Alfredo López de Sosoaga

Sin engaños y sin tapujos

¿Deporte y feminismo están desencontrados?

El feminismo tiene una clara tarea pendiente. Lleva décadas reivindicando el derecho a decidir sobre nuestro propio cuerpo, pero debe ampliar ese concepto. Debe caer en la cuenta de que el empoderamiento comienza por el conocimiento y control del propio cuerpo, lo que implica el desarrollo de las capacidades motrices. Por otra parte, parece haber un acuerdo social en reivindicar la educación integral, pero queda en una declaración de intenciones si no incluye el desarrollo de las capacidades físicas. Todo el mundo sabe que la actividad física es conveniente y que mejora nuestra salud, nuestra vida y nuestra autoestima. ¡Tenemos que reivindicarla!

“El feminismo tiene una clara tarea pendiente: reivindicar el derecho de las niñas y de las mujeres al desarrollo de las capacidades motrices”

Sin embargo, para ti deporte y feminismo van unidos. ¿Cómo surge esa alianza?

En el año 1991 cursé un posgrado sobre coeducación organizado por la UPV/EHU. Desde entonces, miro el mundo a través de las lentes paradigmáticas del feminismo y veo que es necesario deconstruirlo todo, que lo que nos han enseñado no se atiene a la verdad o, por lo menos, a toda la verdad. Como es difícil encontrar expertas en deporte y en feminismo, todo lo que aprendo de otros ámbitos lo meto en el saco de mi didáctica de la educación física. Por ejemplo, fueron muy importantes para mí las amigas de Mujer y Ciencia. El auténtico aprendizaje de mi vida ha sido de la mano del feminismo, un aprendizaje interdisciplinar: ¡sin engaños y sin tapujos, mirando con los dos ojos y en tres dimensiones!

Perteneces al Forum Feminista María de Maeztu, ¿qué destacas de tu paso por él?

Lo que me aporta a nivel personal: dialogar, compartir y aprender de un grupo de mujeres de diferentes ideologías y profesiones. Ahora mismo es uno de los sitios donde más a gusto me encuentro.

En pocas palabras

Lo sugerente: Mi eterno vicio, viajar
Lo deserotizante: Los medios de comunicación
Lo pendiente: Que la sociedad y las instituciones comprendan que la educación es la mayor riqueza
Un éxito: Mi hija y mi hijo
Algo como para tirar la toalla: Que el patriarcado parezca imbatible, siempre con nuevas estrategias para conducirnos a su redil
Una feminista: Mi abuela Julia
Una época: La que he vivido; en los últimos 50 años se han producido cambios increíbles
Un lugar en el mundo: Un pueblo bañado por el Mediterráneo

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Por Itziar AbadFuente: Pikara Magazine


Entrevista a Matilde Fontecha en ‘Y luego diréis que somos cinco o seis’

Matilde Fontecha

Desde hace más de dos décadas, Matilde Fontecha (Miranda de Ebro, 1954) es profesora en la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU). Está especializada en la asignatura de Educación Física y su Didáctica, que imparte en clave feminista, y fue la primera en emplear la perspectiva de género en el área de las Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (CCAFD) en una oposición de esa universidad. En 2007 defendió la tesis doctoral “Intervención didáctica desde la perspectiva de género en la Formación Inicial de un grupo de docentes de Educación Física”, cuya publicación fue subvencionada por la Dirección para la Igualdad de la UPV/EHU. En 2009 recibió, de la mano del Consejo Superior de Deportes, la Real Medalla al Mérito Deportivo por su trayectoria investigadora sobre las mujeres en el deporte.

“Es una sinrazón social decir que las mujeres no estamos preparadas para hacer deporte. Para matarnos a trabajar en el campo o en la casa, sí nos está permitido realizar ejercicio físico”

Su visión de la educación física es radicalmente pedagógica y parte del estudio del concepto de cuerpo desde la perspectiva feminista. Un cuerpo, en el caso de las mujeres, para el que la lógica patriarcal tiene reservada su impronta estética y cuyas capacidades, según para qué, deja en entredicho.

Fútbol para los niños y ballet para las niñas. ¿Hasta cuándo van a durar estos corsés?

Creo que en ese sentido hemos avanzado poco y que los estereotipos sexistas en la actividad física y en el deporte siguen siendo enormes. Vienen marcados por la familia y, sobre todo, por los medios de comunicación, que son quienes actualmente conducen nuestras vidas.

¿En qué se traduce la brecha de género a la hora de practicar una actividad física?

Entre otras cosas, en que los hombres suelen utilizar la actividad física para divertirse, mientras que las mujeres, en general, lo hacen para estar en forma, para adelgazar y no tanto para disfrutar. Sus objetivos no son lúdicos y revertir eso es una de las grandes batallas de la educación física trabajada con perspectiva de género.

Sueles recordar que dos tercios del trabajo físico en el mundo está realizado por mujeres, que se emplean a fondo en el campo y en casa, haciendo las tareas domésticas.

Empleo estos datos para intentar que reflexionemos sobre esa sinrazón social que dice que las mujeres no estamos preparadas para hacer ejercicio físico o deporte. Aquí hasta hace una o dos generaciones y, hoy en día, en los países en vías de desarrollo, las mujeres llevan la carga de las tareas agropecuarias. O sea, para matarnos a trabajar en el campo o en la casa, sí nos está permitido realizar ejercicio físico. Sin embargo, para hacer deporte no estamos capacitadas, según la lógica patriarcal. Por otro lado, existe el agravante de que las tareas del campo cuando las realizan las mujeres vienen clasificadas como tareas domésticas, mientras que si las realizan los hombres son trabajo serio y remunerado.

Hace poco, la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA) Europea decidió que, a partir de la próxima temporada, la indumentaria deportiva de las mujeres se ajustara a “las curvas de sus cuerpos”. El director general, Patrick Bauman, justificó así esta medida: “Son grandes atletas, pero también bellas atletas, por lo que no hay motivo para no mostrarlos”.

Así se traduce en el ámbito deportivo la imposición del rosa y de los tacones de aguja que vemos en la calle. A una mujer deportista no sólo se le exige que sea buena y que tenga resultados en el deporte que practica sino que, además, se le pide que sea guapa, que tenga un cuerpo bonito y una belleza ajustada al sentido hegemónico de belleza. Hay muchísimos ejemplos, no hay más que coger cualquier revista. Sin ir más lejos, cada vez es más habitual que las deportistas compitan maquilladas o naden con uñas pintadas en mundiales y olimpiadas.

Hay muchas deportistas que podrían ser referentes para niñas y jóvenes, pero los medios de comunicación hegemónicos les anulan como modelo a seguir

¿Y si no se ajustan a estas exigencias estéticas?

Se les penaliza. Estamos hartas de escuchar las críticas y los insultos que se profieren contra ellas si no tienen un cuerpo espectacular o no se arreglan como quieren los espectadores. Después de pasarse ocho horas al día en el gimnasio, lo que menos les apetece a muchas deportistas es utilizar el poco tiempo que les queda en maquillarse y en arreglarse. Si les gusta, perfecto. Lo que me parece fatal es que tengan que hacerlo para evitar problemas. Por otro lado, está el fantasma de la homofobia, que es muy fuerte en el ámbito deportivo. Por miedo a las etiquetas, las deportistas tienden a ocultar su homosexualidad.

¿Nos faltan mujeres deportistas referentes?

Sin lugar a dudas. Desde hace décadas, hay muchas mujeres que han conseguido logros importantísimos, pero los medios de comunicación los ocultan sistemáticamente. Al no dar a conocer a las deportistas y sus logros deportivos, impiden que sean un modelo para las niñas que practican actividad física. Por un lado, su presencia en los medios es insignificante. Por otro, cuando aparecen, el tratamiento de la información y de las imágenes es pésimo así que, en vez de en modelo, se convierten en contramodelo.

¿Edurne Pasaban es ejemplo de esto?

Sí. Esta mujer es lo más grande en montañismo. Ha conseguido los mayores logros profesionales y, sin embargo, la prensa la ha retratado siempre como víctima, aireando sus problemas amorosos y ligándola a estados depresivos y a falta de autoestima. Me da mucha pena que una mujer que debería ser un referente para muchas niñas y jóvenes aparezca en los medios de comunicación por cosas negativas. Todo esto no es casual y, desde luego, tampoco es inocente.

¿Existe actualmente en el Consejo Superior de Deportes alguna iniciativa concreta para garantizar los derechos de las mujeres en ese ámbito?

Se ha creado un foro de discusión, cuyo objetivo inmediato es crear una guía para asesorar a los medios de comunicación, para ver si dejan de tratar de esa forma denigrante a las mujeres deportistas y sus logros. En la reunión que tuvimos dejé claro que el grupo carecería de sentido si no trabajábamos con un enfoque feminista. Está por ver si va a salir adelante o si, por el contrario, lo que quieren es mantenernos entretenidas y marear la perdiz. Para empezar, si no dotan de recursos a esta iniciativa, no vamos a poder hacer un buen trabajo.

futbolistas

Foto de Alfredo López de Sosoaga

Sin engaños y sin tapujos

¿Deporte y feminismo están desencontrados?

El feminismo tiene una clara tarea pendiente. Lleva décadas reivindicando el derecho a decidir sobre nuestro propio cuerpo, pero debe ampliar ese concepto. Debe caer en la cuenta de que el empoderamiento comienza por el conocimiento y control del propio cuerpo, lo que implica el desarrollo de las capacidades motrices. Por otra parte, parece haber un acuerdo social en reivindicar la educación integral, pero queda en una declaración de intenciones si no incluye el desarrollo de las capacidades físicas. Todo el mundo sabe que la actividad física es conveniente y que mejora nuestra salud, nuestra vida y nuestra autoestima. ¡Tenemos que reivindicarla!

“El feminismo tiene una clara tarea pendiente: reivindicar el derecho de las niñas y de las mujeres al desarrollo de las capacidades motrices”

Sin embargo, para ti deporte y feminismo van unidos. ¿Cómo surge esa alianza?

En el año 1991 cursé un posgrado sobre coeducación organizado por la UPV/EHU. Desde entonces, miro el mundo a través de las lentes paradigmáticas del feminismo y veo que es necesario deconstruirlo todo, que lo que nos han enseñado no se atiene a la verdad o, por lo menos, a toda la verdad. Como es difícil encontrar expertas en deporte y en feminismo, todo lo que aprendo de otros ámbitos lo meto en el saco de mi didáctica de la educación física. Por ejemplo, fueron muy importantes para mí las amigas de Mujer y Ciencia. El auténtico aprendizaje de mi vida ha sido de la mano del feminismo, un aprendizaje interdisciplinar: ¡sin engaños y sin tapujos, mirando con los dos ojos y en tres dimensiones!

Perteneces al Forum Feminista María de Maeztu, ¿qué destacas de tu paso por él?

Lo que me aporta a nivel personal: dialogar, compartir y aprender de un grupo de mujeres de diferentes ideologías y profesiones. Ahora mismo es uno de los sitios donde más a gusto me encuentro.

En pocas palabras

Lo sugerente: Mi eterno vicio, viajar
Lo deserotizante: Los medios de comunicación
Lo pendiente: Que la sociedad y las instituciones comprendan que la educación es la mayor riqueza
Un éxito: Mi hija y mi hijo
Algo como para tirar la toalla: Que el patriarcado parezca imbatible, siempre con nuevas estrategias para conducirnos a su redil
Una feminista: Mi abuela Julia
Una época: La que he vivido; en los últimos 50 años se han producido cambios increíbles
Un lugar en el mundo: Un pueblo bañado por el Mediterráneo

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Por Itziar AbadFuente: Pikara Magazine

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