Así ha despachado el juicio que le ha producido la sentencia del Constitucional sobre el Estatut. Y es que D. Mariano es un tipo de futuro. Lo del pasado le tiene sin cuidado.
La reacción sobre el fallo podríamos calificarla como de “división de opiniones”, los nacionalistas y los socialistas catalanes cabreados, lo mismo que algunos del PP como Vidal Quadras, quien dice no entender la satisfacción de Rajoy, y los socialistas de Ferraz dicen estar contentos.
Yo entiendo lo de los catalanes, porque no tiene ninguna gracia que después de haber sido aprobado por el parlamento catalán, haber pasado la prueba del nueve del parlamento central, ser aprobado en referéndum, y esperar cuatro años la sentencia, tengan que ver ahora recortada su ley principal.
Según el líder de la derecha tramontana, hace cuatro años España se rompía, hoy habla del fallo sobre el Estatut y pone una cara de satisfacción que parece que le han dado la razón. Una cara que de puro gozo parece la de un idiota… Y dice: Hay que mirar al futuro.
Está claro que Mr. Rajoy tiene la necesidad de mirar para adelante, puesto que si no, además de una tortícolis, mirar hacia atrás podría significar que se le viniera a la mente el genocidio de Iraq, o las dos veces que ha perdido las elecciones siendo candidato, o el recuerdo de su primo “el ecologeta”, o el de su ñiña querida. O por qué no, podría recordar las mentiras del 11-M, o que un desfile es un coñazo. No, mi malquerido Rajoy, usted no mire atrás que lo mismo se le aparecen las víctimas del franquismo y le piden cuentas. Hay que mirar adelante. Mirar para atrás es de antiguallas. Sobre todo cuando uno tiene una historia tan lamentable como la suya.
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