Hay que saber perder

Una de las cosas que desde hace tiempo me vienen resultando interesantes son los mensajes que se envían desde determinadas "atalayas", siempre dependiendo de hacia donde sople el viento. De vez en cuando acostumbro a leer el Twitter de Tomás Roncero, intento de periodista aunque él diga que asistió a la facultad y se sacó el título (cosa que, en el fondo, no dudo, pero bueno). En uno de sus tweets, publicado justo después de la semifinal de Copa frente al Atlético de Madrid, nos soltó, ni corto ni perezoso, que "hay que saber perder". Sinceramente, me quedé entre alucinado y perplejo por la frasecita. Todos conocemos al personaje. Durante estos últimos años, el Real Madrid ha dejado de ser el equipo de antaño, que ganaba una Liga tras otra sin apenas oposición. Durante la última década no ha podido evitar que el Barcelona consiguiera un título tras otro y se convirtiera en uno de los clubes de referencia en Europa gracias a sus seis Ligas y tres Champions, entre otros títulos, conseguidos en la última década.
Obviamente, para un seguidor de un club como el Real Madrid, dejar de ser la referencia futbolística de España y Europa después de tantos años ha sido algo difícil de tragar y que ha provocado muchísimas indigestiones, además de, muy probablemente, numerosas úlceras de estómago. Y es lógico, hasta ahora, nadie les había plantado cara en serio. Durante los años en los que el programa de televisión hasta hace poco conocido como Punto Pelota y desde hace algunas semanas El chiringuito de Jugones era de lo más habitual ver a este tipo con las venas y arterias del cuello hinchadas a más no poder cada vez que el Barcelona conseguía algún título o le daba un repaso en el campo de juego, algunos de los cuales en el mismísimo Santiago Bernabéu (Cómo olvidar el 0-3 con aplausos de la grada incluidos o el 2-6). Y cómo olvidar todos los discursos a cámara (que como diría el alter ego de Predrerol en la versión del programa de Crackovia, "dan tan mal rollo"), en uno de los cuales invitaba a Florentino Pérez a abandonar la Champions tras la ida de aquellas semis contra el Barça. ¿Y este señor ha de darnos lecciones de saber perder?
Desde luego, si no fuera porque cada vez estoy más convencido de que lo suyo es un papel que interpreta para uso y disfrute de sus seguidores, me parecería hasta triste. Y digo que es un papel porque soy de los que piensa que es imposible que una persona sea así las 24 horas del día durante tantos años y no le haya dado un jamacuco nervioso o cardíaco. Desde luego, hay que reconocer que, en el fondo, es un tío listo. Él llega al plató, monta el papelito y encima cobra por ello, y no creo que sea mileurista precisamente, aunque solamente le pediría un poco de coherencia, ya que no puedes pedir saber perder a los demás y tú montar en cólera cuando tu equipo pierde, aunque ya sabemos que, en determinados sectores, lo que importa no es la coherencia, sino la audiencia y los dividendos.