Revista Cultura y Ocio

Hay que tener mucho cuidado con lo que se escribe

Publicado el 09 julio 2012 por Desequilibros
Hallábase Antonio Muñoz Molina en el extranjero, invitado en casa del director de un organismo español internacional.
Su anfitrión, llevado por la, a su juicio, relevancia del escritor al que tenía el honor de alojar, le pide que le dedique una de sus novelas:
Muñoz Molina firmando
- Aquí tengo esa novela tuya. Me la tienes que dedicar, porque para mí es como un objeto de culto… Es tan importante para mí…

Antonio acerca la novela a una lámpara para escribir la dedicatoria y se da cuenta de que en la primera hoja habían quedado grabadas en bajorrelieve unas palabras escritas con anterioridad, y que era posible leer por ese efecto que se produce cuando escribes muy fuerte y se marca la página siguiente.
La página original había sido cuidadosamente arrancada para que no se notara su ausencia, pero las palabras escritas incialmente se podían leer con toda claridad:
Si este tío es Premio Planeta yo soy Premio del Universo

En bueno de Muñoz Molina se quedó parado pensando… "este tío es el que quiere que le dedique el libro…"
Y es que hay que tener mucho cuidado con lo que se escribe; y como se ve, también con cómo se escribe y dónde.
la anécdota la cuenta Elvira Lindo -que, para quienes no lo sepan, les diré que es la mujer de Antonio Muñoz Molina- en su colaboración semanal de los miércoles en el programa Asuntos Propios de RNE. Esta anécdota en concreto la contó el 27 de junio.
Por desgracia, se cuenta el pecado pero no el pecador. Y no hay más datos sobre fechas o lugares. Aunque supongo que sería posible restringir bastante el número de protagonistas si tenemos en cuenta que Antonio Muñoz Molina fue director del Instituto Cervantes de Nueva York durante varios años, de 2004 a 2007.
La narradora tampoco aclara cuál fue la dedicatoria que Muñoz Molina escribió para su converso admirador.
En todo caso, #recomiendoleer a Antonio Muñoz Molina,

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