Hay un señor en España que dirigió un banco. Y mientras él dirigía, en su banco se estafaba a la gente con una cosa que se llama “preferentes”, pero que podría haberse llamado “nosquedamoscontusahorrosynotedamosnilasgracias“.
Hay pruebas “no vinculantes” que vinculan, efectivamente, a ese señor con otras conocidas tramas que no mentaré en este artículo. Y quizá el tema no hubiera trascendido más de la cuenta si un día, el banco que el señor dirigía no se hubiera ido a la ruina. Total, que hubo que ponerle una “inyección de capital”, recetada y prescrita, que salió del bolsillo de quien no tiene ni para sí.
Ahora se decidirá en los tribunales si ése señor merece o no, ser juzgado por las prácticas ligeramente alejadas de la legalidad, de su entidad.
Pero este señor que hay en España, ya ha sido imputado una vez antes. Y esa vez se acabó apartando del caso e imputando al propio juez. Hoy nos enteramos de que han vuelto a citarle y de que en el ajo también están metidos importantes empresarios y exdirectivos que pertenecieron al banco. No sé vosotros, pero yo no puedo evitar preguntarme qué será del juez en esta segunda intentona para que este señor que hay en España y que se llama Miguel Blesa, pague por lo que presuntamente cometió.
Porque la primera vez lo único que quedó claro fue que en España, lamentablemente y por mucho que diga el Rey, la Ley no es igual para todos, y que a veces parece que vivimos en el Reino del revés. Porque aquello, más que el trabajo de un juez juzgando a un presunto culpable, pareció el peaje que un hombre tenía que pagar por haberse metido en los asuntos de la gente poderosa.
Muy #MarcaEspaña.