Es un chiste fácil, pero no puedo resistirme: El Ejército chino, como el de Xian, tiene los pies de barro.
El drama de un conflicto absurdo como el de Vietman dio lugar en los años 60 al famoso lema: “Haz el amor, no la guerra” (Make love no war, dicen los anglosajones), que ha perdido mucha de su original potencia porque cuando se escucha, una gran mayoría se queda a fantasear con la primera parte y se acuerda poco de la segunda. La frase tiene autor conocido, un escritor de literatura erótica y humorista, Gershon Legman, que murió a los 81 años en 1999. Decía Legman que tanto los hombres como los delfines se creían la especie más inteligente del planeta, los primeros porque construían muchas cosas y hacían muchos trabajos mientras los delfines jugaban todo el día, y los delfines, por esto mismo.
Barack Obama, que había desaparecido de nuestras reflexiones después de algunos momentos estelares con el espionaje a manos llenas, retorna a la primera plana porque quiere reducir el Ejército en una cuarta parte. Sí, el suyo, no el de un país vecino. Yo creía que esto de crecer para el Ejército yanqui era imparable, que pasaba como con los adolescentes, y que cada día se necesitaban más soldados en Oriente (Medio, Próximo y Lejano) y en Rota (Cádiz). Las cifras no son modestas, pueden ser hasta 130.000 uniformados menos. Dicen que se arreglan con drones, que sale más barato y que como se van a ir de Afganistán y se ha acabado (para ellos) la guerra de Irak, ya si eso…
También los chinos lo pasan fatal y eso que son una superpotencia. Tienen un Ejército lleno de hijos únicos y, por tanto, malcriados, poco dados al sacrificio, más grandes y gordos. No caben ni en los tanques, cuenta Zigor Aldama en El Correo. La mayoría se ha alistado porque te dan puntos para poner luego una tienda o presentarte a una OPE. Déjalo Xu, aquí lo puedes hacer también. Lo de la tienda está asegurado, las oposiciones son otro cantar. Un analista, Ni Lexiong, lo ha explicado en el South China Morning Post, que es el periódico donde trabaja Adolfo Arranz desde que dejo su Guardo natal: «El problema del Ejército no se solucionará en al menos dos décadas más». Mejor, así no se repite lo de Tiananmen.