Hace mucho que no me siento a escribir para mi blog, porque nunca tengo tiempo. Doy prioridad a otras cosas, dejando siempre de hacer aquello que me gusta. Luego siento un sentimiento de remordimiento y es por eso que hoy he hecho un alto en el camino y me he puesto manos a la obra.
Últimamente, me he vuelto un poco meticulosa y el deseo de hacer las cosas tan bien, en ocasiones me lleva a no hacer nada, porque siempre pienso, se puede mejorar.
Hoy escuche una publicación de @AngélicaLandino donde decía “si quieres hacer algo no lo dejes para luego, para más tarde o para mañana, inicio de año u otro día, ¡hazlo ya!”. Bueno algo así era lo que decía, o esa es con la idea que me quedé.
Pues aquí estoy escribiendo inspirada gracias a esta frase. El tema de este artículo es, debemos hacer lo que nos gusta ahora. Que nuestra prioridad siempre seamos nosotros, aunque suene egoísta, debe ser así. Si no lo haces, siempre pospondremos nuestros deseos, llegando a una situación en que nos sentimos mal con nosotros mismos.
Debe existir un equilibro entre la responsabilidad y lo que nos gusta, teniendo en cuenta que esto no impida acciones tan simples y gratificantes como: ir al gimnasio, leer un libro, sentarnos hacer nada, escribir, jugar con nuestros hijos, hablar con un amigo cara a cara, meditar, orar, dar un paseo al perro, cocinar una receta que nos guste, pintarnos las uñas o cualquier cosa que a veces nos parece insignificante, sin saber que en esas pequeñas cosas está la felicidad de ese día.
Cada día trae su propio afán
No pienses que será feliz con aquello que no tienes, visualízate disfrutando de todo eso que tienes ahora y que ni siquiera aprecias. Me remito a unos de los libros más antiguos, la Biblia. Hay un versículo que me gusta mucho y cito a continuación:
Por tanto os digo: No os afanéis con vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen el graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, como crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?
No os afanéis, pues diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal. Mateo 6:25-34
Entonces, people, ¿por qué agobiarnos? No es mejor decisión dedicamos unos minutos al día para hacer eso que nos gusta y nos ayuda a trascender de este mundo tan perfectamente imperfecto.
En mi caso, hoy ya he hecho algunas de las cosas me me gustan y relajan:
- Diseñé varias portadas de la revista en la que me visualizo escribiendo.
- Escribí este artículo.
- Leí una página de un libro que me gusta.
- Fui al parque con mi perro.
- E iré al gimnasio ( es un compromiso).
Hasta la próxima.