La cultura publicitaria yang se basa en la estrategia del diente de león. La planta del diente león lanza numerosos frutos, livianos y volátiles cuyo fin es diseminarse por el entorno. Las semillas tienen un diseño que favorece su vuelo y minúsculos ganchos que les permiten enredarse en el pelo de los animales y así llegar todavía más lejos. No todas las semillas germinan, pero no importa; son miles, alguna lo conseguirá. El diente de león basa su estrategia en la volatilidad del mensaje, que debe ser breve, efímero y múltiple. La semilla viaja, se propaga –propaganda-, transmite lo que tiene que transmitir y desaparece. La estrategia del diente de león es push, lanza mensajes a la audiencia, los anuncios, cuantos más anuncios mejor. Emplea la técnica de la insistencia.
Daniel Solana, Postpublicidad
Después de esta súper cita del libro de Daniel Solana Postpublicidad confieso que, aunque he leído el libro varias veces, jamás soy capaz de recordar qué es lo bueno: ¿pull o push? ¿ying o yang? ¿diente de león o frambuesa? Si habéis leído el libro sabréis de qué os hablo, si no ahora te lo cuento.
Los contenidos, la nueva frambuesa
Con todos estos palabros, Daniel Solana básicamente nos narra la situación de la publicidad, más bien de la comunicación. ¿Bombardear a mensajes o dejarles que elijan venir ellos? Como el título apocalíptico del libro nos avanza, estamos en una era de Postpublicidad y, como todo lo que es post, se ha reinventado y sigue haciéndolo para sobrevivir en un mundo saturado. Lo que Daniel Solana anticipaba con este libro cada día es más real, le llamemos como le llamemos. Los contenidos son esas frambuesas apetitosas que hacen que nuestro público venga a nosotros sin que tengamos que estar persiguiéndole. Es esa estrategia yin, esa estrategia pull… es esa seducción necesaria para que nos interesemos.
Después de vivir una etapa llena de dientes de león, junto con la alergia que pueden producir, llena de mensajes, llenos de impactos… Aunque aún falta para desintoxicarnos de todos los contenidos que consumimos aunque no nos intereses por el simple hecho que los hemos visto tantas veces que ya los hemos hasta asimilado.
La frambuesa no lanza un mensaje liviano para que se difunda, no arroja al viento su semilla, sino que produce una baya comestible, roja, dulce y perfumada, un apetitoso contenido publicitario de interés para el público objetivo, y espera pacientemente a que la gente llegue.
La frambuesa basa su estrategia en la capacidad de atracción de sus frutos.
Daniel Solana, Postpublicidad
Ir a buscar TU frambuesa es lo que la Postpublicidad ha traído.
Podéis encontrar una versión extracta del libro de forma gratuita aquí.