¿Alguna vez te has planteado cuantas cosas extraordinarias hay en el día a día para un niño o una niña?
A medida que crecen las cosas se hacen más cotidianas, pero pararse a pensarlo y dedicar un instante a llamar a la abuela desde una cabina telefónica en vez de desde el móvil puede convertir una tarde anodina en la tarde en que uso una cabina telefónica. Tu llevas toda la vida viéndolas. Hasta las utilizastes, pero ahora son casi como farolas, quizá le llame la atención y le preste hacer algo tan sencillo.
O facilitarle conocer algo que le llama la atención. Por ejemplo, mi hijo (tiene 5 años) cada vez que vuelve de la piscina pasa por delante de un negocio de alquiler de coches de lujo que tiene aparcada en el garaje una limusina blanca, que es el coche que quiere para que podamos ir toda la familia en el mismo coche a la playa (¡a la playa en limusina!)
Pues un día cansados de ver el morro del coche entré y pedí que nos dejaran verla enterita. Se le salían los ojos. Encima fueron muy amables y nos dejaron verla por dentro ¡Un coche con un bar dentro! ¡Por favor!