Sigue…
He aprendido a ver con el corazón muchas pequeñas señales que suceden a mi alrededor, que otros muchos no ven, solo con sus ojos. He aprendido a saber que eso es así y que es un privilegio que todos tenemos… pero muchos no manifiestan. Seguramente mi único mérito es haber perdido el miedo a ver desde dentro y a vivir según lo que veo con el corazón abierto. O solo miro el miedo de cara… y eso es suficiente! He aprendido que, cuando tienes miedo, es que algo está llegando a tu corazón y éste se siente vulnerable. Pero también he aprendido a ser vulnerable y aceptarlo, poque eso es precisamente lo que me hace fuerte. He aprendido que perder el miedo a la vulnerabilidad y a la fragilidad es lo que me hace valiente!
También he aprendido que no veo nada que los otros no puedan ver, si quieren, a su debido momento. Nadie es tan especial como pensamos! Todos tenemos corazón, aunque lo que nos hace diferentes -ni mejores ni peores- es lo que hacemos con él, cómo nos afecta su sutil dictado. Y también he aprendido que cada cosa en la vida tiene su tiempo oportuno. Despertar el corazón o dejarlo dormido! Y que no soy nadie para despertar un corazón que yace dormido, a no ser que quiera ser despertado y me lo pidan. No puedo hacer ver algo que el otro no desea o no se atreve, mi respeto por su libertad es más importante que mi necesidad de ayudarle cogiéndole la mano, aunque sea por amor. He aprendido que uno ama, cuando está realmente preparado para hacerlo y eso pasa cuando sientes la paz en tu interior, nunca antes ni por azar, siquiera…
Seguirá…
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