Sigue…
He aprendido que aún no sé nada de la vida, que solo se aprende viviéndola, sin renunciar a algo que ésta nos proponga. Y que nunca has aprendido lo suficiente, sino que vas aprendiendo día a día, hasta el final de tus días. Y que cada nuevo episodio de tu vida tiene un escenario y un momento determinados, pero siempre oportunos. Ni antes ni después de cuando estés preparado. Y que prepararse no es más que haber soltado lastre y poder ya ir con el corazón al fin abierto. Y que la intuición no es más que el susurro de un corazón que se manifiesta y al que es difícil contradecir. Y que, contradiciéndolo o renunciando a lo que él dicta, uno sufre porque tiene miedo. Y que con miedo no hay amor que pueda manifestarse… y que de eso está nuestro mundo lleno…
Y he aprendido que el mundo no es más que la suma de nuestros pensamientos, sentimientos y acciones. Y que es justo el siempre difícil equilibrio entre el amor y el miedo. Y que solo hay una manera de cambiar el mundo, que es cambiando uno mismo y aprendiendo a ir con el corazón bien abierto! Y que esto solo es posible sabiendo qué es el miedo antes y mirándolo de cara. Y sin renunciar al miedo, dejar que sea el amor quien lo venza, día a día. Porque he aprendido que el amor vence cada vez que no permito que me domine el pasado o el futuro, los demás y el mundo o, simplemente, cuando no renuncio a ser, pensar y sentir, por mí mismo y desde el corazón…
Quizás después de todo, he aprendido a aprender y que a eso venimos a este mundo, en el que todo está siempre por hacer, esperando a que yo abra mi corazón y lo cambie, desde dentro y en silencio!
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