En medio de todo esto, el otro día pasé junto a la casa de un amigo de la infancia más remota, casa que acaban de derribar por completo. Recuerdo esa casa cuesta arriba con el centro empedrado por donde pasaban "las bestias" hasta la cuadra que había en el "corral", con su pesebre y su pajar. Habitaciones pequeñas donde apenas cabían las camas y a las que se entraba cruzando el dormitorio de los padres, dos familias de tres hijos cada una más los abuelos. Un patio de piedras con un arriate al lado en que crecían los geranios. Los niños entrando y saliendo continuamente, "no entres que acabo de alcofifar la casa". El olor a guiso que salía de la cocina e inundaba la casa entera. Un televisor en blanco y negro que se tomaba sus buenos diez minutos en encenderse completamente (cosas de la tecnología "analógica" y el sistema de lamparas), ante el que nos quedabamos hipnotizados en ocasiones con las aventuras de Tarzán o Furia, también eran los tiempos de Star Trek, pero esa serie la recuerdo menos. Los tiempos de lavarse en la palangana al atardecer para quitarse el sudor y la suciedad del día, del pantalón corto y la sandalias. Los tiempos de la crueldad infantil con los mejores amigos.Demasiados recuerdos para tan poco espacio.Y es que he recaído, he vuelto a coleccionar los tebeos de entonces, estoy coleccionando otra vez Jabato Color...
Revista Humor
Hay tentaciones que resultan difíciles de evitar. Estás en guardia frente a ellas, pero pasa el tiempo, bajas la guardia y se te pone a tiro de una manera en que no puedes decirte que no. Aunque por eso mismo, junto al disfrute, te consuma cierta culpabilidad y, sobre todo, la melancolía.
En medio de todo esto, el otro día pasé junto a la casa de un amigo de la infancia más remota, casa que acaban de derribar por completo. Recuerdo esa casa cuesta arriba con el centro empedrado por donde pasaban "las bestias" hasta la cuadra que había en el "corral", con su pesebre y su pajar. Habitaciones pequeñas donde apenas cabían las camas y a las que se entraba cruzando el dormitorio de los padres, dos familias de tres hijos cada una más los abuelos. Un patio de piedras con un arriate al lado en que crecían los geranios. Los niños entrando y saliendo continuamente, "no entres que acabo de alcofifar la casa". El olor a guiso que salía de la cocina e inundaba la casa entera. Un televisor en blanco y negro que se tomaba sus buenos diez minutos en encenderse completamente (cosas de la tecnología "analógica" y el sistema de lamparas), ante el que nos quedabamos hipnotizados en ocasiones con las aventuras de Tarzán o Furia, también eran los tiempos de Star Trek, pero esa serie la recuerdo menos. Los tiempos de lavarse en la palangana al atardecer para quitarse el sudor y la suciedad del día, del pantalón corto y la sandalias. Los tiempos de la crueldad infantil con los mejores amigos.Demasiados recuerdos para tan poco espacio.Y es que he recaído, he vuelto a coleccionar los tebeos de entonces, estoy coleccionando otra vez Jabato Color...
En medio de todo esto, el otro día pasé junto a la casa de un amigo de la infancia más remota, casa que acaban de derribar por completo. Recuerdo esa casa cuesta arriba con el centro empedrado por donde pasaban "las bestias" hasta la cuadra que había en el "corral", con su pesebre y su pajar. Habitaciones pequeñas donde apenas cabían las camas y a las que se entraba cruzando el dormitorio de los padres, dos familias de tres hijos cada una más los abuelos. Un patio de piedras con un arriate al lado en que crecían los geranios. Los niños entrando y saliendo continuamente, "no entres que acabo de alcofifar la casa". El olor a guiso que salía de la cocina e inundaba la casa entera. Un televisor en blanco y negro que se tomaba sus buenos diez minutos en encenderse completamente (cosas de la tecnología "analógica" y el sistema de lamparas), ante el que nos quedabamos hipnotizados en ocasiones con las aventuras de Tarzán o Furia, también eran los tiempos de Star Trek, pero esa serie la recuerdo menos. Los tiempos de lavarse en la palangana al atardecer para quitarse el sudor y la suciedad del día, del pantalón corto y la sandalias. Los tiempos de la crueldad infantil con los mejores amigos.Demasiados recuerdos para tan poco espacio.Y es que he recaído, he vuelto a coleccionar los tebeos de entonces, estoy coleccionando otra vez Jabato Color...
