Sí, soy yo y he vuelto después de unos meses de inactividad bloguera. En realidad nunca me fui, porque sabía perfectamente hacia dónde iba. Y estoy aquí con un gran premio (Gracias Laura). Un premio del que hablaré en el próximo artículo.
Me volví a perder para encontrarme.
Lo necesitaba. Necesitaba demostrarme y demostrarte que gran poder tenemos sobre nosotros y nuestras decisiones. En lo bueno y en lo malo, siempre somos nosotros. A veces más conscientes y otras casi inconscientemente. Pero siempre eres tú. Lo eres cuando reconoces tu perdición. En ese preciso instante en el cuál somos sinceros con nosotros mismos y aceptamos esa propia perdición, empezamos a encontrar…el camino de vuelta a casa. Ése es el verdadero camino.
El camino del todo
En ese nuestro camino (lo llamamos vida) es donde podemos empezar a ser creadores de nuestros deseos y objetivos. Cualquiera. Un camino en el que las huellas son pisadas por primera vez, por nosotros mismos. Un camino en el que somos creadores y no sometidos. Con paciencia y esfuerzo se consigue. Pero antes debes perderte para poder encontrarte.
Suelta lo que no te sirve
A veces y es normal, no sabemos a ciencia cierta que queremos en nuestra vida. No te preocupes porque lo sabrás, te irás redescubriendo. Mientras, suelta, tira o deshazte de todo aquello que no te sirve, que te hace mal, que no te valora, que te empequeñece… ¡Suéltalo!
Vuelvo a estar aquí, aunque como he dicho, siempre he estado y he estado gracias a ti, porque tú que lees estas palabras y acabas de llegar o ya seguías mis letras…seimpre he estado allí a tu lado. Y tú en el mío. Ése es mi mayor premio.
Siempre que quieras, me encontrarás cerca del final. Donde todo empieza.
Abrazo fuerte!
Raúl Amo