Cada vez me cuesta mas ponerme a ver según que series sobretodo si parecen estar dirigidas demasiado al publico adolescente. Al parecer cuando pasas los 40 algo te hace pensar que ya eres muy adulto para según que historias, pero eso no es verdad y a mi me quedo claro a los pocos minutos de empezar a ver Heartstoppers.
La que debería ser la nueva serie sensación de la temporada de Netflix cuenta muchas cosas, pero sobretodo es una historia de inicio, de aprendizaje, de amistad y de primeras veces. Pero lo mas interesante es la manera en la que todas esas cosas están contadas, con naturalidad y sin complejos, sin evitar dramas pero dando siempre un tono optimista que solo puede ser consecuencia de los tiempos que corren afortunadamente. Ojalá hubiese podido ver yo esta serie a la edad que tienen sus protagonistas, no para que las cosas fueran a ser mejores o peores, sino para tener claro que las cosas que se cuentan podían suceder.
Heartstoppers es al fin y al cabo el inicio de una historia de amor entre dos chicos adolescentes que empiezan a descubrir un montón de cosas (ellos y su entorno), un monton de cosas que provocaran muchas emociones en el espectador, emociones iguales y a la vez distintas dependiendo de como sean los ojos que las estén mirando. Los ojos adolescentes verán libertad, aceptación, algo de rabia y la certeza de que todo puede ir bien. Los ojos mas adultos, sea cual sea su grado de madurez, encontraran ternura, emotividad, cierta nostalgia (de la buena, de esa que te hace sentir bien) y sobretodo la certeza de que valió la pena tener la esperanza de que todo iría mejor.
Heartstoppers cuenta una simple historia de amor, tan simple que es única y universal y que podría estar ocurriendo en todos y cada uno de los institutos del mundo civilizado y que ojalá pudiera ocurrir en todas partes. Una historia bonita y aparentemente sin pretensiones que llega mucho mas profundo de lo que parece.