Mariadela Villanueva
Los venezolanos le estamos dando una lección al mundo. Desde hace 18 años, estamos enfrentando con decisión y sabiduría múltiples y constantes ataques de los conglomerados empresariales-militares—mediáticos mundializados. Ataques que nada tienen que ver un supuesto castro-comunismo, como repiten algunos cegados por la ignorancia y el miedo, sino con el corto circuito que representa para el Nuevo Orden Mundial nuestro empeño en priorizar y ejercer la soberanía y los derechos irrenunciables de nuestra Nación y de nuestro Pueblo.
Este enfrentamiento, como cualquier otro ha tenido sus momentos álgidos, entre ellos el que estamos viviendo desde hace casi 100 días, signado por una escalada en las amenazas imperiales y por una creciente ola de violencia en algunos municipios del país. Por una diferencia abismal entre la actitud terrorista de los franquiciantes del proyecto capital-sionista y la defensa no violenta de nuestra democracia y de nuestro derecho a vivir y trabajar en paz asumida por el Gobierno y por un pueblo decidido a ejercer directamente su poder originario en la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), la Asamblea de los Patriotas.
En este contexto, los venezolanos vivimos el domingo pasado una experiencia muy singular, unos y otros nos movilizamos a manifestar nuestra voluntad de salir de esta situación.
Los chavistas atendimos masivamente el llamado del CNE a participar en el simulacro que organiza rutinariamente dos semanas antes de cada elección, para darnos la oportunidad de familiarizarnos con el sistema de votación que se utilizará el 30 de julio.
Los opositores atendieron el llamado a emitir su opinión respondiendo las preguntas planteadas en un bodrio consultivo –un plebiscito- urdido deshonestamente por su dirigencia.
Nosotros asistimos a un evento cierto para no equivocarnos cuando vayamos a elegir los voceros territoriales y sectoriales que considerarán en la Asamblea las propuestas tendentes a blindar los deberes y derechos de “todos” los venezolanos y rediseñarán los elementos jurídicos e institucionales indispensables para garantizar la PAZ y actuarán en consecuencia.
Ellos – seguros de ser mayoría y de estar liberando a “su” país (imaginario) de la feroz dictadura de Maduro y de las hordas chavistas- participaron en un evento absurdo e incierto, ideado para tratar de legitimar el proyecto golpista.
Nosotros salimos cansados pero contentos y enriquecidos por constatar el altísimo nivel de conciencia y compromiso patrio de los participantes.
Ellos salieron descansados pero desconcertados y desilusionados al verificar que su “voto” se volvió cenizas, que no le habían “ganado” a nadie, que Maduro sigue siendo presidente y que la Constituyente ¡si va!
Ahora es cuando, reconsideren y participen
Mariadela Villanueva
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