Mariadela Villanueva
La muerte del gigante Fidel Castro alborotó el mosquero. Dio oportunidad a los incalificables dirigentes de la oposición venezolana para expresar su ignorancia, la estrechez de su visión política y su inconmensurable mezquindad.
Sin argumentación alguna calificaron por enésima vez a uno de los líderes más importante del mundo de “asesino”, “tirano”, “delincuente”. etc. y aprovecharon la ocasión para acusar, también por enésima vez, al Presidente Nicolás Maduro de cualquier cosa. Resollando desde un anticomunismo enfermizo, criticaron el duelo decretado en Venezuela por la desaparición física de Fidel, llegando a asegurar que ni siquiera en Cuba iba a haber duelo.
Ellos repiten sin pensarlo la propaganda anti Cuba concebida por un imperio que ha tenido que esperar hasta la muerte natural de Fidel, a sus 90 años, para verlo partir. Por un imperio que sabe que el comandante sigue vivo en el espíritu de un pueblo heroico que, pese al bloqueo y a falsas aproximaciones amistosas, no han podido ni podrán doblegar.
Veamos tres elementos que asoman detrás del convencimiento, real o fingido, de que la muerte de Fidel traerá democracia, libertad y progreso al pueblo cubano, tal como sucedería en Venezuela de llegar ellos al poder:
Democracia: No la nuestra para ellos inexistente, sino la estructuralmente inviable de las potencias capitalistas que tanto admiran. La estadounidense que llevó a militantes de extrema derecha y a ciudadanos hartos de los abusos del status a votar por Trump como alternativa de cambio. O la cuestionada democracia de los reinos europeos sujetos a las decisiones de la también cuestionada Unión Europea. En síntesis, una democracia ilusoria como la de la IV.
Libertad: Supongo yo que se refieren a la libertad individual cercenada según ellos por nuestro rrrregimen castro comunista. A la libertad que deja al individuo al garete, lo responsabiliza de su bienestar, lo pone a competir en condiciones desiguales y lo culpabiliza por no haber sabido aprovechar unas oportunidades que nunca estuvieron al alcance de su mano. La libertad generadora de pobres y marginados que están reaccionando en distintas partes del mundo.
Progreso: Aunque resulte inconcebible, creen o fingen creer en el mito del progreso que deben alcanzar los países subdesarrollados para desarrollarse. No saben o no les importa que el dudoso progreso de las potencias capitalistas basado en la discriminación y explotación del trabajo humano, así como en la expropiaron de la riqueza de los países del Sur, haya puesto a nuestra especie al borde de la extinción. Para ellos cualquier cosa es mejor que permitir que el rrrregimen siga distribuyendo entre la chusma una riqueza que piensan les pertenece.
Afortunadamente hay un pueblo que no cree en su concepción de democracia, de libertad ni de progreso. Como dijo el Comandante Chávez “Águila no Caza Moscas” y en Venezuela las águilas se multiplicaron.
Analista y comunicadora. Socialista y chavista. Firme creyente del poder popular[email protected] @mariadvillanuev