Revista Sociedad

Hecha la ley, hecha la trampa

Publicado el 22 septiembre 2010 por Hesterprynne
Burocracia es el arte de hacer imposible lo posible.
El otro día os contaba que dos amigas habían tenido ya a su hija y que, por tanto, nos habían dado la vez, ya que nos tocaba justo después que a ellas. Pues bien, cuando fueron a inscribir a su pequeña en el Registro Civil de la localidad del sur de la Comunidad de Madrid donde residen, vivieron una situación de lo más surrealista.Yo ya había oído demasiadas historias para no dormir en lo que respecta al registro de bebés por parte de matrimonios de lesbianas antes de esta. No hay derecho. Un hombre casado con una mujer no tiene que demostrar que es padre de la criatura que inscribe en el Registro, con que la madre (que sí que tiene que demostrar que es la madre con un certificado del hospital donde ha dado a luz) diga que lo es, basta. Nosotras tenemos que tragar ya de por sí con requisitos inflexibles e injustos como estar casadas y haber concebido por reproducción asistida. No solo eso, sino que debemos estar casadas antes de iniciar el tratamiento en la clínica de fertilidad de modo que la madre no gestante pueda firmar los formularios de dicho procedimiento y luego llevarlos al Registro.Como digo, es completamente injusto y homófobo que se nos trate de forma tan distinta a los heterosexuales, quienes no tienen que hacer ninguno de estos trámites.Pero ay, si allí acabara la cosa…Luego dependemos, como diría la Blanche del tranvía, de la bondad de los desconocidos, pues según el antojo del funcionario del Registro que te toque ese día, las cosas pueden complicarse aún más.Estoy en diversas listas de correo de madres lesbianas y cuentan que les pasa de todo. El caso de mis amigas es el que sigue: no les han permitido poner el orden que deseaban de apellidos, les han obligado a seguir el orden en el que aparecen en el Libro de Familia. El orden en que un matrimonio de mujeres aparece en el Libro de Familia es completamente aleatorio, a veces te preguntan quién quieres que vaya antes y otras –como en el caso de mi mujer y mío- lo ponen como se les antoja. En el caso de mis amigas, iba primero la madre del corazón y en segundo lugar la biológica, y así ha tenido que ser, según el capricho de los funcionarios de su Registro, pues decían que ése es el lugar que “normalmente” ocupa el padre. Por otra parte, otras amigas que tuvieron gemelos el año pasado, fueron obligadas a poner primero el apellido de la biológica. Como veis, esto es aleatorioo. ¡Ycompletamente ridículo! Los matrimonios –heterosexuales y homosexuales- pueden decidir el orden de los apellidos que llevan sus hijos, siempre y cuando sea siempre el mismo: es decir, los apellidos del primogénito tienen que ser los apellidos de sus hermanos pequeños. ¿Por qué les han hecho esto?Pura homofobia. Ya estoy harta de justificarles, de decir que tienen que acostumbrarse a los cambios. Joder, que ya es hora, ni que fuera tan difícil, es su trabajo, a ver si lo hacen y nos dejan vivir en paz.Con lo que les ha ocurrido a nuestras amigas, nosotras nos preocupamos mucho y decidimos ir a nuestro Registro a hacer la filiación previa de la que nos habían hablado tantas veces (y a la cual nos resistíamos por parecernos absurda y arbitraria). Puesto que mi mujer es la madre biológica, queremos que nuestra hija lleve primero mi apellido, para nosotras es muy importante sentimentalmente hablando. No se hubiera caído el mundo de ser en otro orden, pero nos hace mucha ilusión que sea así (y tenemos todo el derecho del mundo según las leyes españolas).¡Menos mal que fuimos! Allí primero nos encontramos con una funcionaria a la que, cuando solicitamos el támite de la prefiliación, nos miró como si estuviéramos locas y nos dijo que no teníamos que hacer nada antes, que volviésemos cuando naciera nuestro bebé. Pero a su lado había otra que era claramente bollo y que nos indicó que preguntásemos en el edificio de al lado por un tipo que nos explicaría lo que teníamos que hacer. Todo en un rollo muy lesbomafia, como si fuéramos de la Resistencia en la Segunda Guerra Mundial, intentando buscar una imprenta clandestina.El hombre nos explicó que podíamos hacer un reconocimiento previo para no tener problemas cuando naciera nuestra pequeña. No sé cómo funcionará en otros registros pero en el de la calle Pradillo de Madrid (el único de la capital), esto es lo que hay que llevar (¡viva la igualdad!). Seguramente saldrán bollomadres diciendo que no necesitaron nada de esto, pero como he dicho al principio, dependemos de la buena  (o mala) fe del funcionario de turno, así que mejor prevenir que curar. La hoja nos la entregó ese señor ayer mismo:Hecha la ley, hecha la trampaNosotras, afortunadamente, ya teníamos todo esto con nosotras y pudimos llevar a cabo el reconocimiento, del cual nos entregaron una copia que tenemos que llevar cuando inscribamos a nuestro bebé en el Registro (y por supuesto, nos advirtió que fuéramos a verle a él directamente, que no lo hiciéramos con otra persona). Como veis, está fechado ayer. Pudimos elegir el orden de los apellidos sin problemas:Hecha la ley, hecha la trampaEstas son las pruebas que por fin podemos aportaros para que veáis lo importante que es el reconocimiento previo o prefiliación. Al menos así funcionan en el Registro Civil de Madrid. Es indignante pero si queréis que vuestros hijos sean legalmente de las dos, no dudéis en llevarlo a cabo.¡Ojalá este post llegara a manos de la Ministra de Igualdad o de qué sé yo quién, y acabasen con estas injusticias en España entera! Mientras no sea así, no seremos iguales ante la ley del matrimonio civil.Hecha la ley, hecha la trampa

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Dossier Paperblog

Revista