Revista Música
Mientras Argentina se encaminaba silenciosamente a su crisis social, política y económica más importante del siglo, Daniel Melero grababa en su casa -según el mismo lo cuenta, con un software íntegra y gratuitamente bajado de internet- otro disco de canciones. En este caso, montadas sobre un andamiaje explícitamente tecno.
Esta es su arena. O uno de sus terrenos más clásicos, podríamos decir: la parafernalia electrónica. La construcción de ambientes y de climas. "Tecno" es, además (y como cada uno de los discos de DM, a su manera) un gran soundtrack para transitar, observar o pensar Buenos Aires. Se puede alinear junto a "Recolección vacía", "Rocío" o "Silencio", el lp de Los Encargados. Sin citarla directamente, hablan y musicalizan nuestra ciudad. En "Tecno", además, se agrega una cita directa al conurbano, a los extrarradios de la ciudad en "Expreso Moreno". Un link- homenaje a "Trans Europe Express" en versión sudaca, con pobreza, San Cayetano y baldíos vistos desde la ventanilla del tren. ¿Quién dijo que la música de Melero no está conectada con eso que llamamos "realidad"?
Hay mucho de cinemática, de sonido que se mueve, como en los grandes discos de Kraftwerk, ya que hablamos de ellos. Los temas instrumentales aportan grandes momentos, de una música profunda y evocativa. Dinámica y tripera (trip nocturno, en la mayoría de los casos). Y hay infinidad de detalles en el juego estéreo de la música: lo que escuchás en un canal, a veces, tiene poco que ver con lo que suena en el otro. Según dónde estés escuchando, algunos temas te sorprenden ocultando o mostrando elementos.
En ese lote de instrumentales, mi favorita es "Caricias". Pura música. Y "Hormigas" transita por pasadizos de sombra, al igual que la vertiginosa "Lobos" (trance y más trance). "Camino infinito", por su parte, nos invita a abandonarnos en un mini viaje extraordinario (en los primeros compases ya sucede todo: la música amaga, se contiene, y a partir de 1:17 estalla en un éxtasis divino). Por más que DM siempre se haya encaprichado en definirse como un "no músico", no puede ocultar su talento para orquestar, para arreglar y encontrar sonidos sugerentes e inolvidables.
Y por qué no decirlo de este otro modo: reescuchando el disco me doy cuenta que en la música de Daniel Melero hay mucho amor. Amor por los detalles, esos que te pueden regalar un rato encantador pegado al sonido, dejándote llevar. "Piel" tiene mucho de eso, de soniditos que te envuelven y te llevan.
Después está el formato canción, otra área de talento (la menos difundida) de Daniel. "Deseo", "Piel", "Palabras" suman a su cancionero, aquí vestidas con ropajes tecno. Las obsesiones son las mismas de siempre: las tensiones que nos atrapan, la prisión en la que nos envuelve la cultura ("palabras, las odio, todo lo infectan") y las cosas que nos liberan y comunican ("nada nos une más que la piel").
Un disco para salir a recorrer Buenos Aires. O simplemente imaginarla desde tu living. Con música. DM- discografía cercanaPiano (1999) Tecno (2000) Vaquero (2001).