Revista Cultura y Ocio
Soy capaz
de dormir casi con cualquier mujer.
Aunque no termina de funcionar,
porque siempre
te despiertas con una mezcla
de inseguridad y vergüenza.
En algunas de esas casas
en las que he pasado la noche
he descubierto que
-como escribía Richard Bachman-
las chicas buenas siempre
llevan braguitas blancas.
Me sorprendió el gesto repetidohasta la saciedadde -a la segunda noche-dejar en casa el cepillo de dientes.
Y en poco menos de tres meses,tan alejados como estamosde ser el ave Fénix,sólo conseguimos ceniza de la ceniza.
Héctor Castilla en Cantando en voz baja (Editorial Balduque, 2015).