Revista Economía

¡heil! merkel!

Publicado el 03 febrero 2013 por Torrens

A finales de diciembre, y justo antes de acudir a la reunión en Davos, donde repitió el mensaje, Frau Merkel afirmó que un paro juvenil del 50% ó 60 % es insoportable para España y para la U.E y sugirió que se debían tomar medidas temporales para solucionar el problema mientras las reformas estructurales no empiecen a hacer efecto.

Estas manifestaciones me sonaron a un chiste muy viejo. El del tipo que tiene tremendos retortijones de estómago, va al médico y este le practica una revisión exhaustiva, análisis, escáneres, rayos X, en fin todo lo comprobable y en la visita después de las pruebas le dice “¡Oiga!, ¡Esto es muy grave!, hágaselo mirar cuanto antes ¡He!”. Frau Merkel ha reaccionado igual que el médico del chiste. Cómo puede decir esto, cuando las políticas que ella ha impuesto quizás no son la razón del problema que reside en la desastrosa gestión de nuestros gobiernos, pero si han sido la causa de que no se hayan puesto en marcha las medidas que habrían solucionado, o al menos paliado, el problema, pero además medio mundo y buena parte de la otra mitad lleva más de dos años advirtiéndole que las reformas estructurales están muy bien y son imprescindibles si se quiere garantizar la continuidad de la U.E. y sobre todo de la Eurozona, pero que aplicadas con exclusión de otras medidas paliativas y a lo bestia, como ella ha impuesto, crean problemas en vez de solucionarlos y nos llevan a donde ya estamos, y cuando ya estamos donde nos han llevado las medidas Merkel va la señora y dice que esto no puede ser. ¿Cómo se entiende que en España, en Europa y en el mundo, hoy día no haya un solo político que valga un pito?, bueno, quizás con la excepción de la Sra. Clinton.

La Frau añadió además que es necesario arbitrar medidas temporales para solucionar el problema porque, cito textualmente del periódico, “Los resultados de las reformas estructurales tardarán dos, tres o cuatro años en verse y mientras nuestra tarea es ofrecer medidas transitorias”. Lo que nadie dice, ni la Frau ni los que, como el Sr. de Guindos, afirman que el fin de la crisis está mucho más cercano, es que es mucho más que probable que este ver resultados de reformas o finalizar la crisis quiere decir como mucho que se detendrá el deterioro, la caída libre, que el paro ya no aumentará, y probablemente se inicie un período de recuperación, pero ese crecimiento se producirá a un ritmo exasperantemente lento, más todavía si la Frau mantiene sus políticas exclusivamente austeras, porque a pesar de sus discursos todavía no ha movido un dedo en el sentido de esas medidas temporales para solucionar el problema al que ella misma se refería, lo cual, por otro lado, no es extraño porque después de la exhibición de corrupción que se ha montado en este país, que lleva muchos años gestándose pero ha emergido solo recientemente, no creo que la Frau suelte en absoluto las riendas. Además, creo que no hay otra posibilidad de detener la caída libre de nuestra economía que consiguiendo que la banca vuelva a cumplir su función de financiar suficientemente a particulares y empresas, y en este terreno creo que el problema no está en las tensiones de liquidez y de solvencia de nuestra banca sino en las rentabilidades alternativas que obtienen, es decir, no es que no tengan un duro, si lo tienen, pero lo tienen invertido en activos que les proporcionan mayor rentabilidad sin tanto trabajo ni tantos problemas como el financiar a particulares y empresas.

Además, en nuestro caso, y me imagino que también en el de los otros países europeos con problemas, podemos hacer una crítica creo que muy grave a la actuación de la Troika, U.E, B.C.E. y F.M.I., los dos primeros bajo la batuta de Frau Merkel, porque sus exigencias siempre han ido por el camino de los recortes de sueldos, salarios y beneficios sociales y los aumentos de impuestos directos, es decir han recaído casi en su totalidad sobre las espaldas de los ciudadanos, mientras que la exigencia de la Troika en lo que serían verdaderas reformas estructurales han sido pocas o nulas. En el caso de España las reformas más urgentes se referían claramente a la Administración Pública y a la lucha contra la corrupción, no solo porque en ambos casos la situación es desastrosa, sino porque si se hubiese empezado por esas reformas que todavía no se han emprendido, probablemente el dinero ahorrado o los beneficios obtenidos con ellas habrían compensado al menos una parte importante del sacrificio que se le ha exigido a la ciudadanía, además de tratarse de soluciones definitivas, porque todo apunta a que estas dos reformas no se van a llevar a cabo o se efectuarán a medias, y en poco tiempo volveremos a los desastres de la gestión pública hispana.    

Hace tiempo que le estoy dando vueltas a las posibles razones de Frau Merkel para mortificar al sur de Europa de la manera en que lo ha estado haciendo, que en mi opinión va más allá de lo que es la lógica defensa de los intereses de Alemania. En concreto intento encontrar una razón a la inmensa putada gratuita que nos hizo en diciembre 2010 cuando se cargó la intervención del BCE sobre el mercado de deuda soberana, y creo que he dado con una posible razón, aunque también es probable que alguien piense que la paranoia no es de Frau Merkel sino mía.

El equilibrio entre la competitividad de un país y la cotización de su moneda en los mercados de divisas es uno de los juegos más perversos que hay en economía. Cuanto mejor va el país, más mejora su competitividad, más exporta, más aumenta la cotización de su moneda en el mercado de divisas, y ese aumento compromete a su vez la competitividad que lo causa.  Aunque este principio en la actualidad está algo aminorado por los famosos derivados, instrumentos financieros súper-especulativos, a menos que la zona o el país estén siendo atacados por los especuladores todavía funciona, y esta es la razón por la que los Chinos invierten semanalmente millones de dólares, euros, libras y yuanes en mantener su moneda lo más baja posible para que su cotización no acabe afectando a su competitividad, a sus exportaciones.  Frau Merkel y sus asociados finlandeses, holandeses y demás, no necesitan actuar sobre los mercados para contener la cotización del Euro porque de eso se encarga la desastrosa situación económica del sur de la U.E. Si nuestra economía estuviese en buenas condiciones y nuestra competitividad fuese similar a la alemana, la cotización del Euro estaría por las nubes y la competitividad de toda la Eurozona y por tanto de Alemania estaría muy comprometida. Además Frau Merkel y los gestores financieros del gobierno alemán y el Bundesbank, llevados por su obsesión con la inflación, han impuesto al B.C.E. una política conservadora de tipos de interés relativamente altos que todavía haría subir más la cotización del Euro. Mientras el sur de Europa sea zona económica catastrófica, Frau Merkel y compañía no tienen que preocuparse por la cotización del Euro.


¡HEIL! MERKEL!

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