Jueves 14, 20:15 horas. "XXXIV Semana de Música Religiosa de Avilés". Iglesia de Santo Tomás: Heinrich Walter (órgano). Obras de Bach, Adolfo Gutiérrez Viejo (1934) y Max Reger (1873-1916).Avilés puede presumir de tradición musical, de Semana de Música y también del órgano nuevo de Santo Tomás, auténtica joya salida del taller de Federico Acitores, sufragada por instituciones varias y donaciones particulares, con el empeño de muchos avilesinos y asturianos amantes de la música, con José Mª Martínez a la cabeza, de ahí que cuando pude ir comprobando "in situ" todo el proceso y bautismo de la criatura, la llamase "el niño de Chema".
Esta cuarta jornada quien pondría a prueba toda la maquinaria del instrumento sería nada menos que Heinrich Walter (1959), organista al que pude escuchar en el pasado XXI Festival de Órgano CajAstur, quien llegó con tres días de antelación para poder estudiar el instrumento, testarlo, hacer las anotaciones pertinentes, ensayar, y todo el largo proceso que un organista necesita para intentar sacar el máximo a un instrumento que no tiene parangón ni existen dos iguales. Me consta la inestimable ayuda del propio Chema e Izumi Kando, quien además corrió con la responsabilidad de asistirle en la registración durante el concierto con auténtico conocimiento de causa, pues ya sabe cómo funciona "el Órgano de Santo Tomás".
De la entrevista publicada en el diario local (lástima no haber edición digital del Suplemento que LNE dedica a la Semana) el organista dejaba clara sus intenciones: "No es bueno para un intérprete quedarse en unos pocos estilos", y así resultó en la elección del programa. Eso sí, en los conciertos del maestro alemán no puede faltar Bach, esta vez el Preludio y Fuga en RE M., BWV 532 (Bach), auténtico "calentamiento" de instrumento e intérprete, exigente no ya en la técnica (con unos pies que funcionan como dedos) sino en la elección de los registros apropiados, y pudimos disfrutar de todo, con la proyección de sus "movimientos" para que no perdiésemos ni un detalle.
Con estilo totalmente distinto al del kantor, y en obra entregada al intérprete hace un año por el propio compositor y organista leonés afincado en Gijón Adolfo Gutiérrez Viejo (1934), las Seis Diferencias compuestas desde un dodecafonismo "tamizado", explora no ya melodías gregorianas (un Dies Irae se intuía en una de las diferencias) o la propia forma musical renacentista de la variación, el tiento o aquí las diferencias sobre temas previos, pero con la escritura de los doce semitonos, sino especialmente las sonoridades del llamado "rey de los instrumentos", con números meditativos, virtuosísticos (creo que era la cuarta sólo para el pedalier) así como amorosos, pues así se muestra el compositor ante un instrumento que ha sido toda su vida, rindiendo un peculiar y particular homenaje desde el siempre difícil dodecafonismo (por entonces auténtica vanguardia) que el intérprete alemán hizo sentirlo atemporal y vigente en pleno siglo XXI.
Y para seguir explotando toda la riqueza tímbrica del órgano de Santo Tomás podíamos escuchar el estreno en España de la Transcripción para órgano realizada por el propio organista de la Sinfonischer Prolog zu einer Tragödie, Op. 108 para gran orquesta (1908), de Max Reger (1873-1916), creada en Friburgo el pasado mes de enero y marzo en su gira por Rusia. Herr Walter no es solamente docente en Friburgo e intérprete de reconocidísimos méritos allá donde actúa, sino un maestro consumado en las transcripciones desde los años 80, y recordaba de su anterior concierto la que hizo de la Sinfonía en Re m. de César Franck, otro organista y sinfonista como en el caso de Messiaen o el propio Reger. No en vano es una forma musical muy en boga desde el siglo XV, sin olvidar las que el propio Liszt hizo al piano de las Sinfonías de Beethoven, y sobre todo la gran literatura de transcripciones orquestales para órgano sabedoras del potencial y riqueza tímbrica del mismo, caso de la famosa Danza Macabra de Saint-Saëns, y ya "rizando el rizo" ejecutar los Estudios Transcendentales de Liszt al órgano (cosas de mi admirado el organista Raúl Prieto).
Pero lo que pudimos escuchar de Reger no fue una cuidada y meticulosa transcripción sino auténtica recreación organística, una nueva visión de esa "complicada" Sinfonía Op. 108 llevada a "los tubos". Sus distintos movimientos sacaron del instrumento avilesino una paleta sonora increíble, delicada y potente, contemplativa y exhuberante, plácida y virulenta como si el propio Reger tuviera escondida una segunda relectura para el órgano de la inmensa plantilla orquestal utilizada (a excepción del arpa) a partir del desarrollo de esta sinfonía cumbre por todo lo que aporta a la forma orquestal por excelencia, y tornándola al hacer precisamente una transcripción para órgano cuando el propio Reger era tan amigo de ellas, curiosamente incluyendo un "guiño arpístico" que el propio maestro Walter me comentaba al finalizar el concierto.
El profesor Walter realmente ha trabajado la partitura mucho tiempo, sin limitarse a reducir a los teclados la escritura sinfónica sino buscando un auténtico clima tímbrico para cada momento, con la inestimable ayuda de la también organista japonesa "adoptada estos días en Avilés", con gran exigencia técnica (hay pasajes realmente difíciles) sin utilizar el pedal de expresión, solamente combinando los registros para alcanzar el auténtico clímax de unas texturas que esta "joya de Acitores" esconde y aún tiene mucho por descubrir.Al finalizar la obra y por parte de Chema, que habló en nombre de todos, hubo el reconocimiento y gratitud a Federico el constructor, presente en la sala, porque realmente ha conseguido un instrumento único que en las manos e inteligencia de maestros como Heinrich Walter consiguen transcender lo mundano a lo espiritual hecho música de órgano.
No olvidemos que también en Asturias llega, con el mes de Mayo, el XXII Festival de Órgano CajAstur, y que el propio Heinrich Walter tiene cita este sábado 16 a las 20:00 h. en el Órgano de Soto del Barco, mientras clausuramos esta Semana de Música en Avilés. El don de la ubicuidad no lo tengo y la elección ya está hecha con pesar de corazón.
Henrich Walter. Foto: Sergio López (La Voz de Avilés)