A priori el binomio helado y running puede parecer que no tenga mucho sentido, pero en esta entrada queremos hablaros de estos alimentos de un modo sencillo y diferente por qué, ¿quién puede resistirse a los helados en verano? El calor, la playa… todo invita a tomarnos estos alimentos refrescantes y sin embargo, muchas mujeres lo ven como una tentación o como algo que no debería estar en nuestra dieta.
Para despejar dudas, ¿en qué lugar de la pirámide alimentaria se encuentran? La realidad es que los helados se encuentran dentro del grupo de alimentos que hay que consumir con moderación pero a diferencia de otros alimentos de este grupo como podría ser la bollería que no nos aporta básicamente nada, los helados tienen unas propiedades nutricionales que los hacen mucho más interesantes.
Tipos de helados hay muchos. También, en verano, la actividad física que realizamos suele ser diferente a la del resto del año, así que vamos a conocer qué tipo de helados tenemos y cuáles son más recomendables según el nivel de ejercicio que vayas a hacer durante estos meses:
Helados a base de agua o sorbetes: Esta sería la opción más ligera. Estos helados contienen pocas calorías (entre 65-140 por 100g) y nutrientes. Básicamente su composición es agua y azúcares.
Este tipo de helados serían una buena opción para mujeres que durante el verano disminuyen mucho su nivel de ejercicio, de esta manera, se puede evitar coger Kilos de más. En general, toda la dieta debe adecuarse a esta disminución de las calorías que se gastan y se debe recordar que hay que consumirlos de manera esporádica y la dieta debe ser igualmente equilibrada.
Helados a base de leche u otros lácteos: El valor calórico de este tipo de helados es algo superior – entre 200-300Kcal/100g- no obstante, al llevar lácteos en su composición, éstos pueden contribuir al aporte de calcio diario ya que su absorción es buena. Además, también nos aportan proteínas de buena calidad y por el tiempo que empleamos en consumirlos, se convierten en alimentos saciantes. Podríamos utilizar este tipo de helados como postre o como tentempié entre horas.
En este caso, al ser su aporte energético mayor, serían la opción más recomendable en aquellas mujeres que practican ejercicio moderado o intenso, también dentro del contexto de dieta equilibrada y variada.
Helados a base de crema y huevo: Estos serían los más calóricos pero también son los que nos aportan un mayor porcentaje de proteínas. Por otro lado, pueden contener más colesterol y grasas totales, por lo que deben ser consumidos con moderación en mujeres que padezcan dislipemias.
En este caso, tanto si eres de las que descansa totalmente en verano o buscas objetivos ambiciosos, no deberíamos abusar de estos helados pues nuestra dieta habitual ya suele ser alta tanto en proteínas como en grasas y colesterol.
Además de estas tres clasificaciones, como hemos dicho al inicio, hay muchos tipos de helados y cada vez más, la industria alimentaria se esfuerza por mejorar la calidad y la composición nutricional de los mismos, así que otras buenas opciones serían los helados sin azúcar para diabéticos o los helados aptos para celíacos. No obstante, si se dispone de tiempo, siempre podemos innovar nosotras mismas fabricando nuestros propios helados y asegurándonos de que los ingredientes que contienen son saludables y naturales.
Por Nuria Puig – Experta en nutrición para EDC