Revista Opinión

Hemeroteca, hemeroteca, menys hòsties i més teca

Publicado el 02 octubre 2018 por Msnoferini

Estos pasados días 30 de septiembre y 1 de octubre hemos sido testigos de cómo los antidisturbios de los Mossos de Esquadra se empleaban con algo más de contundencia de la que últimamente nos tenían acostumbrados. ¡Oh, sorpresa! Que tremenda conmoción han tenido muchos/as que pensaban que por el hecho de que los turbios antidisturbios llevaran una senyera en el pecho nunca actuarían contra quienes participaron en los actos conmemorativos de una fecha tan señalada para nosotros los catalanes/as.

Parece mentira que la gente, o parte de ella, no recuerde o poco les importe la actuación que tuvieron los mismos antidisturbios en el desalojo de la Plaça Catalunya durante la acampada del 15M. Ni cómo se emplearon a fondo con aquellos ciudadanos/as que osaron rodear el Parlament para hacerse oír, en el difícil contexto económico y social en el que nos encontrábamos en aquel momento en este país, y que les costó a ocho de ellos una condena de prisión.

Como dice un amigo que vivió en primera persona el desalojo de la Plaça Catalunya: “las hostias no entienden de nacionalidades y quien las recibe siempre es el pueblo”.

El exceso de celo con el que actúan los antidisturbios, sean del cuerpo policial que sean, y la violencia policial no se puede admitir, y mucho menos justificar en función de los intereses del color políticos de quienes dan las órdenes y quienes sean los que reciban los palos. El ex Conseller Felip Puig, miembro del mismo partido del actual gobierno y personaje al que parece querer emular el actual Conseller de Interior, utilizó a los antidisturbios de los Mossos para poner fin a la pacífica acampada que se inició el 15M en la Plaça Catalunya, usando una injustificada y desproporcionada violencia. Sin olvidar los actos que tuvieron lugar el 14 de noviembre del 2012, día de la huelga general, donde fruto de una brutal y arbitraria actuación policial, de la cual nunca se depuraron responsabilidades ni nadie fue condenado, una ciudadana llegó a perder un ojo.

Al final todo se resume en la profunda desvergüenza de nuestros políticos y gobernantes, capaces de utilizar a conveniencia toda la maquinaria represora a su alcance cuando les interesa, pero incapaces de reconocer sus excesos y responsabilidades. Sin olvidar la desmemoria selectiva de gran parte de la ciudadanía.

Como dice el amigo al que ya he hecho referencia: “hemeroteca, hemeroteca, menys hosties i més teca”.

MSNoferini

los turbios antidisturbios


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