Hay algo en esta nueva sociedad de la información y de las redes sociales que me desagrada muchísimo. Es ese absurdo y continuado ejercicio de intentar captarlo todo, como si cualquier momento de tu vida fuera tan importante como para grabarlo o fotografiarlo. Y tras la fotografía o el vídeo viene la consiguiente “subida a las redes”, para que cualquier persona pueda ver el momento que has captado. Todo esto desemboca en la sobre exposición de nuestra intimidad en las redes sociales, pero sobre todo, la de la intimidad de los demás.
Paseas un día por la calle y alguien, sin tu consentimiento, te hace una fotografía. Normalmente no se hace queriendo, y sin embargo acabas formando parte del vídeo o de la fotografía de otra persona. ¿Es necesario? ¿No es más lógico que se pida permiso a alguien o que simplemente se hagan fotografías o vídeos evitando sacar a terceras personas? No se piensa en ello porque tal vez tengamos la extraña idea de que a todo el mundo le gusta salir en las redes sociales.
Desgraciadamente este no es el principal problema que se puede dar por esta sobre exposición. Hay algo peor. Grabar directamente a una persona en una situación incómoda o vulnerable con el único propósito de mostrarlo, o bien a tus amigos, o bien en las redes sociales. Una nueva forma de humillar a las personas, que ni siquiera saben que están siendo grabadas, con el objetivo final para algunos de conseguir “likes” o de hacer vídeos que se conviertan en “virales”. Por cierto, “viral”, qué palabra más molesta y cómo se está extendiendo en nuestro lenguaje, incluso en el de los medios de comunicación.
Creo que estamos perdiendo el significado de la palabra “intimidad”. La tecnología no implica que tengamos que hacer uso de ella en cualquier situación. Es horroroso saber que cada día se cuelgan vídeos en los que se pueden ver a personas haciendo algo que puede resultar gracioso para algunos, pero no para la persona implicada. Mostrando el fallo de otra persona para la humillación pública, para conseguir el like, para mostrar que eres una persona muy graciosa porque has captado con tu móvil un momento tan cómico, sin pensar en que la persona que protagoniza tu “obra” no quiere que la grabes y mucho menos que la subas a la red para que cientos o miles de personas puedan mofarse de su desliz.
Esta es la nueva sociedad en la que estamos viviendo. Ya no tenemos intimidad, y ni siquiera es necesario que la mostremos en una red social, porque ya se encargarán otros de hacerlo por ti, pero sin contar contigo.