El entrañable y enorme Johnny 'Guitar' Watson, excelente gutiarrista, gran cantante y compositor
Además de los indomables Chuck Berry, Little Richards o Fats Domino, que hicieron su aportación a la construcción del nuevo estilo en los tiempos heroicos, hay otros nombres que merecen todas las glorias y reconocimientos para situarse en los altares del rock. Entre estos destaca sobre todos la inconfundible figura del inefable Jimi Hendrix, pero también es preciso recordar la contribución (sobre todo estilística) que pusieron sobre la mesa personajes algo menos conocidos, como Bo Diddley o Johnny ‘Guitar’ Watson. Hay algunos más con argumentos ‘rockeros’ más que suficientes para al menos figurar y ser recordados a pesar de que, por una u otra razón, nunca obtuvieron la respuesta entre público y crítica que sin duda merecían; por ejemplo, es de justicia mencionar a la poderosa banda de Atlanta Mother´s Finest (que sigue en activo y una de cuyas canciones tiene el simbólico título de ‘Los negros no pueden cantar rock & roll’) o al impresionante guitarrista Eddie Hazel. Otros como Taj Mahal o Ray Charles pudieron acercarse al rock, aunque no fueron músicos que se puedan adscribir a este género.Bo Diddley en vivo en España, con su guitarra única y su sombrero, en 1992
(Cundi Pérez)
Vale, cierto, nadie puede situarse a su altura cuando se habla de rock en negro. A pesar de ello, Bo Diddley posee méritos más que sobrados para estrecharle la mano de guitarrista a guitarrista. Armado con su inconfundible instrumento rectangular, su bigote y su sempiterno sombrero, Bo puede ser identificado con su cadencia “chan-chachachán-chanchán” (el entrañable ‘Bo Diddley beat’). Empapado del blues de los grandes personajes del género, Ellas McDaniel fue de los primeros (tal vez el primero) que dio el paso siguiente, reconvirtiendo el latido del blues en la pulsación trepidante del rock & roll; de hecho, no pocas de sus canciones son, en el fondo, puro blues, aunque desbordan los límites del estilo para lograr algo distinto, nuevo en aquellos años cincuenta. Su valor artístico queda patente al comprobar en qué medida influyó (influye) en generaciones y generaciones de músicos de rock, tanto negros como, sobre todo, blancos; son numerosísimas las letras de canciones de posteriores artistas que lo mencionan por una u otra razón, y otras tantas las que rinden homenaje al ‘Bo diddley beat’. Se cantó a sí mismo (murió en 2008) sin empacho ni afectación (en temas como ‘Hey Bo Diddley’, ‘Diddley daddy’, ‘Bo´s guitar’), es autor de clásicos que han superado el tiempo, como el ‘Road runner’ o la insuperable ‘Before you acuse me’ (cuyo elocuente primer verso dice “Antes de acusarme mírate a ti mismo”) y su nombre es reverenciado por todos aquellos que son capaces de entrar en ese “chan-chachachán-chanchán”. Sí, el ritmo predomina en sus composiciones dejando casi en segundo plano la propia melodía, que resulta esquemática, cruda, pero el resultado final es mágico.
Menos conocido es Johnny ‘Guitar’ Watson, quien además ofrece canciones rock impregnadas de soul-funk, pero rock a la postre. Excelente compositor y virtuoso guitarrista, se trata de un artista que merece mención tanto si se habla de blues como de funk, de soul o de rock, y aunque de esto último tenga menos, el tipo debe tener su reconocimiento. Es más, no son pocos los especialistas que lo sitúan casi a la misma altura que el mismísimo Hendrix cuando de tañer la Stratocaster se trata; incluso colegas como el revoltoso Frank Zappa (con el que grabó más de un disco) lo señalan como principal influencia. Nítida, desnuda de efectos, precisa hasta lo increíble…, así suena su guitarra; y en cuanto a su voz, modulada, profunda, sólida… preciosa. Imprescindibles son sus ‘I need it’ o ‘Real mother for ya’.Los tres se influyeron mutuamente, y aunque ninguno está ya físicamente en este mundo, desde luego no han desaparecido. De hecho, los tres están muy presentes en el universo de la música rock. Emocionan. Y así será siempre.
CARLOS DEL RIEGO