Revista Cultura y Ocio

Henning Brand

Publicado el 01 enero 2018 por Academiacruellas

Henning Brand es el último alquimista y el primer químico. Nació en Hamburgo a principios del siglo XVII. Se estableció com médico a pesar de no tener la titulación. Se casó con una mujer rica y esto le permitió dedicarse a su gran pasión: trastear por su laboratorio. Empezó a estudiar las ideas de Paracelso que sugerían que la naturaleza revelaba sus secretos en forma de símbolos. Según esto, un objeto que tuviera el color del oro, podía contener oro. Brand relacionó esta idea con la idea de la alquimia que decía que la piedra filosofal estaba en las excreciones del ser humano. ¿Qué sustancia correspondia a ambas ideas? La orina.

Brand empezó a investigar la orina. Recolectó cincuenta cubos de orina que dejó evaporar. Después la hivió hasta obtener un residio pastoso. Dejo este residuo en el sótano durante algunos meses y cuando regresó observó que ésta había fermentado y se había vuelto negra. Posteriormente, Brand decidió calentar dicho concentrado negro junto con el doble de su peso en arena en una vasija de cuello largo encorvado (retorta), y el cuello lo sumergió en una cubeta llena de agua. El destilado final al sacarlo del agua brillaba en la oscuridad e incluso se inflamaba espontáneamente, desprendiendo un denso humo negro. Llamó a esta sustancia fósforo del griego phos (luz) y phoros (traer).

La noticia del descubrimiento de Brand se extendió por toda Alemania. En Hamburgo, Brand recibió la visita del Dr. Johan Krafft que le convenció para que se desprendiera del secreto del fósforo a cambio de 200 táleros. Krafft inició una gira con el fósfora por las cortes de toda Europa, Cuando visitó la corte de Carlos II, Boyle fue invitado a presenciar el descubrimiento. A los pocos meses, Boyke descubrió como obtener el fósforo.

Brand no tenía ni la más remota idea de la composición química de la orina. Su intención inicial había sido concentrar el oro de la orina y después reforzarlo con alguna otra sustancia. El fósforo había sido el resultado accidental de una técnica (la alquimia) erróneamente orientada.

El secreto de la producción del fósforo fue finalmente comprado en 1737 por la Academia de Ciencias de París que lo puso a disposición de todos los científicos. A finales de siglo el químico sueco Schele descubrió que el fósforo era un componente de los huesos, y descubrió un método de obtanción más sencillo y menos desagradable. Posteriormente empezó a usarse en las primeras cerillas. Scheele fue uno de los descubridores con menos suerte de todos los tiempos. Estaba decidido a analizar él mismo las propiedades de las muchas sustancias que aisló y descubrió. Sus notas nos indican el sabor del cianuro de hidrógeno -producto absolutamente tóxico que puede producir una muerte terrible y dolorosa-. Se piensa que quizá pudo morir envenenado cuando intentaba identificar por su sabor y olor las propiedades del sulfuro de hidrógeno.

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