Revista Libros
Resultado del viaje que Henry Miller realizó a Grecia, donde aprovechó para visitar a uno de sus más grandes amigos, el también fenomenal escritor Lawrence Durrell. Siempre con ése espíritu de participar de las oportunidades que le brindaba la vida, el autor nunca se quedaba como mero espectador de lo que pasaba a su alrededor y eso hace que su obra sea sumamente emotiva y con una fuerza vital y un estilo directo que hace que la lectura de ésta sea, sencillamente, apasionante. Debido a su carácter y a sus ganas de conocer, el autor, norteamericano a su pesar, pudo relacionarse con mucha gente a lo largo de dicho viaje y a la que describe, al igual que los sitios que visitó, con esa subjetividad que él convirtió en su propio estilo. Sorprende, en este libro, la ausencia de contenido erótico que encontramos en sus obras más conocidas y que lo llevaron a ser un personaje polémico. Aunque quizás no sea su libro más característico, si que es uno de los libros más adecuados para disfrutar de la lectura de este autor que tiene tantos admiradores como detractores pero que a nadie puede dejar indiferente. Ésta siempre fué, en mi opinión, la intención de Henry Miller.Aquí