Her night with the duke by Diana Quincy (Clandestine Affairs #1)

Sinopsis (traducción particular)

El deseo no conoce razón...

Cuando Lady Delilah Chambers se encuentra una tarde de lluvia atrapada en una posada, se ve obligada a defenderse de un grupo de rufianes con la ayuda de un apuesto caballero. Con una atracción Irresistible, Leela y el extraño pasan una noche uno en los brazos del otro, y luego toman caminos separados. Pero al día siguiente, Leela recibe la sorpresa de su vida cuando conoce al duque que está decidido a casarse con su querida hijastra.

Cuando encuentra dos corazones destinados...

Una noche no es suficiente con una mujer tan brava, fogosa y brillante como Leela. Elliot Townsend, duque de Huntington, no puede creer su buena fortuna cuando su encuentro casual conduce a una velada inolvidable de pasión. Sin embargo, la suerte de Hunt se acaba cuando le presentan a su futura suegra. No se supone que las viudas se vean así...

Leela y Hunt están decididos a mantenerse a distancia, lo que debería ser bastante fácil de mantener para dos adultos inteligentes con una reputación que cuidar. El problema es que toda lógica se pierde cuando se trata de una pasión tan fuerte.

Opinión personal:

Calificación:

Primer contacto con esta autora, una lectura con una trama original que ha sido un «de menos a más». Ha empezado siendo entretenido, pero los giros de la historia y las determinaciones coherentes de los personajes han conseguido que realmente disfrutara de la historia. No obstante, no esperéis una historia de amor bonita porque no lo es. Creo que una de las cosas que más me ha gustado es la crudeza real con la que se trata el tema, no podemos olvidar que, la gran mayoría de las veces, la novela romántica dulcifica la realidad de una sociedad cuyos cánones debían resultar bastante fríos.
Delilah me ha encantado. No tan solo estamos ante una mujer independiente, decidida, capaz de sortear aventuras y lo suficientemente segura de sí misma para plantarle cara a la vida con valentía, dejando de lado las críticas sociales que ya le vienen dada su compleja situación de nacimiento. Una belleza exótica que ha sabido buscar su camino tras la muerte de su marido. Un matrimonio cómodo y agradable que le ha dejado con dos hijos adoptivos, ya mayores y en edad de casarse.
Elliot Townsend nunca quiso ser duque, pero la muerte de su hermano mayor le otorgó el título y ahora vive obsesionado con la rectitud, las normas y la búsqueda de la aprobación social ya que siempre ha pensado que la vida del anterior duque dejó malograda la imagen que la ton tenía del ducado.
Ahora ha de casarse, no por amor, sino para cumplir su obligación de buscar el heredero que perpetue el nombre de la familia y ya ha elegido esposa.
Ya tenemos definida la situación y tras leer la sinopsis ya os podéis imaginar por dónde andarán las cosas. No obstante, he de decir que me ha sorprendido la credibilidad que, tras el punto de partida tan complicado que plantea la autora, he encontrado en toda la historia.
Todos tienen claro qué se espera de ellos y lo que han de hacer. Luchan contra sus propios deseos para cumplir con los requisitos y deberes sociales que tanto su estatus como sus allegados esperan de ellos, aunque está claro que, siendo una novela romántica, el triángulo tiene que romperse.
Los personajes me han gustado mucho. De Delilah esa determinación que muestra en todo momento y la forma tranquila y racional que tiene de afrontar todo lo que le viene; y de Elliot, aunque en muchas ocasiones el deber se antepone a sus deseos lo que ocasiona que no siempre se comporte como nos gustaría a las lectoras, tiene momentos tan tiernos y de absoluta confesión desgarradora que me ha robado el corazón.
Aquí la autora decide apostar por Leela y es algo que me ha gustado muchísimo.
Quizás la crudeza de la que hablo al principio hace que su historia no sea ni tierna, ni bonita, ni dulce. En muchos momentos me inclino a pensar que su relación, que empieza con esa noche de pasión desenfrenada, sigue durante toda la novela demasiado apoyada por la lujuria, pero, es entonces cuando la autora deja caer alguna frase que hace que se entrevea ese amor. Admito que, aun así, es algo complejo de explicar porque, aunque sí que da la sensación de que esos momentos continuos que han de compartir hacen que surjan sentimientos más profundos, me sigue pareciendo un amor algo repentino. Justo el motivo por el que no le doy mayor puntuación.
No obstante, me ha gustado mucho más de lo que esperaba, no en sí el romance sino la historia con giros que se plantean y que van dirigiendo a los personajes hacia un final determinado con una fluidez muy convincente. Al mismo tiempo, no se deja de lado una fuerte crítica a ciertos aspectos sociales, que no voy a comentar ya que son parte de lo que no se cuenta en la sinopsis, y que muestra claramente muestran prejuicios y comportamientos deleznables que tan asumidos tenían la gente de poder. El motivo que desvela la sinopsis no es el único conflicto con el que ha de luchar la pareja y la autora los va resolviendo a medida que la situación se va complicando.
Es una historia que puede gusta más o menos, pero está bien escrita y resulta de una forma muy coherente, algo que últimamente cuesta encontrar. Es cierto que Elliot no resulta el príncipe azul del cuento de princesas, pero tampoco Leela es la princesa y, al fin y al cabo, es la parte más racional de la ecuación.
Seguramente me animaré a leer algo más de esta autora ya que este primer contacto me ha dejado bastante satisfecha.
Datos de interés: Ficha de la novela - Ficha de la autora - Web de la autora
Pepa