Lo sé, solo el título puede generar cierta incomodidad y rechazo; pero sea como fuere es una técnica utilizada ya desde hace siglos aunque en la actualidad en desuso. No obstante conocer su esencia nunca está de más.
Probablemente ver una herida por la que se pasean los gusanos sea algo realmente repugnante para mucha gente. Incluso, puede que resulte asqueroso tan sólo el pensar en ello. Pero dejando la repugnancia aparte los gusanos pueden llegar a ser beneficiosos y a suponer la salvación del herido como ya saben desde hace bastante tiempo los médicos militares.
Las primeras noticias sobre el poder curativo de las larvas de los insectos nos llegan de hace aproximadamente cinco siglos. En las grandes batallas que tuvieron lugar durante el Renacimiento con grandes extensiones de terreno llenas de muertos y heridos cuyas heridas se iban pudriendo poco a poco y llenándose de gusanos, se observó cómo algunos iban mejorando y lograban sobrevivir. Se llegó a ver que los gusanos de las heridas ayudaban a eliminar la infección.
La interpretación que se ha hecho de estos efectos terapéuticos es que las larvas tienen el hábito de “masticar” los tejidos infectados o necrosados, dejando a un lado los que están en buen estado. De esta manera, se consigue que desaparezcan las bacterias y el tejido muerto que dan lugar a la infección manteniendo las heridas limpias. También parece que el continuo movimiento de estos seres diminutos estimula el crecimiento de tejidos sanos, lo que favorece la cicatrización.
Fuente: www.centros5.pntic.mec.es