Revista Salud y Bienestar

Hermana Navidad

Por Doctorcasado
Hermana Navidad

Composición de MariPaz López Santos, artista plástica, pintora y escritora.

Cada cual celebra la Navidad como puede según sus creencias y circunstancias. Como suele pasar hay mucho ruido de fondo y demasiadas luces que no dejan ver el cielo nocturno. Este año me pregunto dónde está mi estrella, qué ilumina mis pasos, qué camino sigo para encontrar sentido. Porque la sensación es de caminar a oscuras. Llevamos ya seis olas de pandemia y parece que hemos aprendido poco. Seguimos con colapsos sanitarios y colas delante de farmacias, hospitales y centros de salud, lo que de forma inesperada nos hermana a la gente que en Venezuela, Bangladesh o Nigeria atraviesa los mismos problemas.

En los últimos meses me doy un pequeño paseo antes de entrar en consulta. Esta semanas a oscuras por ser los días tan cortos. Camino por una playa rozando el agua, unos días con estrellas, otros sin ellas. Lo cierto es que ese silencio me ayuda al acallar un poco el griterío interno que remeda al externo, o tal vez lo correcto sea lo opuesto. De cualquier manera salgo renovado de mi caminata sobre las aguas, un pequeño milagro que me anima cuando luego acompañe a tantos pacientes que naufragan, se hunden y tragan agua sin parar.

En el silencio rescato que hay sentido, la naturaleza lo tiene por el mero hecho de existir. La belleza del amanecer es una declaración de intenciones, por muy negra que sea la noche, la luz sigue naciendo. Ser transmisor de este sencillo mensaje convierte a cada cuidadora y a cada cuidador en una antorcha humana que lleva luz y calor a quien lo necesita. No podemos perder algo tan importante ni tampoco recluirlo en un puñado de sanitarios agobiados y sobrecargados. Cada cual es responsable de cuidarse lo mejor que sepa y de tratar de cuidar a los cercanos. Ser capaces de dar esa respuesta nos humaniza, no hacerlo nos revela una pobreza que el dinero no puede vencer. 

Por todo esto viene bien recordar que es fácil quedarse en el titular, en la bronca o en la queja, pero que debajo de todo eso hay un silencio oscuro que si nos atrevemos a pisar quizá nos termine revelando estrellas en el cielo. Y si las contemplamos lo suficiente nos dirán dónde está el norte, algo que nunca verán en el telediario.


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