Revista Opinión
Luis ya no está. Cuánta risa, cuánto compromiso, cuánta vida se nos roba con su marcha. No voy a ponerle palabras. Dejo aquí abajo las de nuestro hermano común Luis Bonilla. Cuánto hemos discutido con Luis Vargas riéndonos. “‘¡Eurocéntrico!” “¡Pues tú eres un neandermarxista!”, “¡Transgénico!”, “¡Y tú paleocambur!”, “¡Hay que desarmar el socialismo del siglo XX!” ¡Hay que desarmarte a ti!”. “¡A ver cuándo hacéis bien las cosas”! ¡”A ver cuándo hacéis una revolución en Europa”!Y mientras tanto, cuidábamos la lucha revolucionaria en Venezuela, las amenazas, las alertas tempranas, el porvenir. La revolución bolivariana, esa con la que era tan crítico, era su niño, su sueño, su alegría. Qué coraje. Qué coherencia. Qué ejemplo, Luis,
Que la tierra, esa que siempre respetaste, te sea leve, Luis. Que seas samán, junco, mango, maíz. Que te sean leves la tierra y el mar. Esos que ya, para siempre, eres tú mismo. Luis Vargas. Hermano. De los que se hacen en la batalla. Mientras silban las balas. Ya para siempre. Hasta que nos reencontremos en donde quede nuestro recuerdo. Luis. Hermanito. Te vamos a echar mucho de menos. Queda tu actitud. Y cada vez que la lucha nos demande, vamos a recordarte. Cabrón ejemplo que nos dejas. Bien difícil estar a tu altura. No vamos a parar. Y cuando la pelea esté dura nos reiremos: ay Luisito… Qué difícil va a ser imitarte. Ya estás en nuestro traje de combate. Como los mejores. Esos que ya nunca se mueren Luisito.
Luis Bonilla despide a Luis Vargas