Conoció Herminio Revilla a Carmen Gómez Calzadilla cuando ambos eran muy jóvenes, en los alrededores de la ermita de la Virgen del Llano, en el pantano de Aguilar, su relación continuó en la fábrica de galletas Fontaneda en la que Carmen trabajaba como operaria. Se casaron tras año y medio de noviazgo y tuvieron dos hijos (un hijo y una hija). Carmen Gómez nació en la palentina localidad de Herrera de Pisuerga, y ha sido la compañera ideal para Herminio. Siempre estuvo a su lado con un indiscutible apoyo a sus iniciativas. Herminio se siente muy orgulloso de su esposa por su amor, ayuda y colaboración.
Carmen, efectivamente, apoyó a su marido en su universo como artista, se encargó de abrir las distintas sedes que tuvo el Museo, y de explicar con verdadero entusiasmo y pasión las obras de su querido artista, mientras su esposo tallaba sus obras. Herminio esculpió en un olmo de una sola pieza a su mujer, y consiguió hacer una de las mejores esculturas de su museo de la que Herminio se siente más orgulloso al poner toda su pasión para hacer un gran trabajo. Manifiesta que ha sido la obra en la que más empeño ha puesto, "a la que dediqué muchas horas hasta conseguir medidas exactas y dejarla bien". Esta obra se exhibe en el porche del Museo.
PRÓXIMO CAPÍTULO: